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UN AÑO DESPUÉS DEL ATENTADO A LA REDACCIÓN
El Vaticano critica la portada de 'Charlie Hebdo' y la tacha de "penosa"
El periódico 'L'Osservatore Romano' ha criticado la portada de la revista satírica 'Charlie Hebdo' en la que aparece un dios manchado de sangre con un kalashnikov de "penosa". Asegura que los líderes religiosos han condenado el uso de la violencia y que "utilizar a Dios para justificar el odio es una autentica blasfemia".
El periódico de la Santa Sede, 'L'Osservatore Romano', ha calificado de "penosa" portada del semanario satírico francés 'Charlie Hebdo' y señaló que los líderes religiosos han condenado el uso de la violencia en nombre de Dios.
El rotativo vaticano publicó este miércoles un breve artículo sin firmar titulado 'La fe manipulada' y con el que critica la portada de la revista en el número con el que conmemora el primer aniversario del atentado contra su redacción, el 7 de enero de 2015.
En la primera página de esta edición, de la que se han puesto a la venta cerca de un millón de copias, aparece un dios a la carrera manchado de sangre y con un kalashnikov a la espalda bajo el título "Un año después el asesino sigue corriendo".
"El episodio no es una novedad porque, tras la bandera engañosa de una 'laicidad sin compromisos', el semanario francés olvida una vez más que los líderes religiosos de todas las religiones están repitiendo desde hace tiempo el rechazo a la violencia en nombre de la religión", se afirma en 'L'Osservatore Romano'.
En este sentido recuerda que, tal y como ha señalado el propio papa Francisco en varias ocasiones, "utilizar a Dios para justificar el odio es una auténtica 'blasfemia'". "En la elección de 'Charlie Hebdo' se percibe por contra la triste paradoja de un mundo cada vez más atento a los 'políticamente correcto' hasta el punto de rozar lo ridículo (...) pero que no quiere reconocer y respetar la fe en Dios de cada creyente, sea cual sea el credo que profese", concluye.
Asimismo recoge las palabras del presidente del Consejo francés del culto musulmán, Anouar Kbibech, quien ha afirmado que la portada es "una imagen que hiere a todos los creyentes de las diversas religiones".
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