La rivalidad de varios cárteles de las drogas en México contra la organización criminal de Los Zetas desató nueva una jornada sangrienta con 41 muertos en tres matanzas.
El portavoz de Seguridad del Gobierno federal, Alejandro Poiré, ha afirmado que todos estos hechos se dan en el contexto de una competencia mortal e irracional entre bandas de delincuentes que deben ser sometidas.
En el municipio de Valle de Chalco, en la periferia de Ciudad de México, fueron hallados el viernes pasado los cuerpos sin vida de once personas y una mujer se encuentra herida de gravedad.
Asimismo, en Monterrey, murieron a tiros veinte personas y cinco más están heridas, tras el ataque a un bar perpetrado por un comando armado que irrumpió en el local y disparó indiscriminadamente contra clientes y empleados.
Por su parte, en la ciudad de Torreón, en el norteño estado de Coahuila, se han localizado diez cuerpos decapitados, tres de ellos de mujeres, y sus cabezas fueron abandonadas en distintas puntos de la localidad.
Poiré además, transmitió las condolencias del Ejecutivo a los familiares de las víctimas. Según las autoridades, los hechos del Valle de Chalco se deben a la pugna entre los Caballeros Templarios, una escisión del fragmentado y debilitado cártel de La Familia, y Los Zetas.
La violencia de Monterrey y Nuevo León se atribuye a la "guerra a muerte" que libran desde marzo de 2010 los narcotraficantes del cártel del Golfo y Los Zetas por el control "de plazas delincuenciales y por el tráfico de drogas hacia Estados Unidos" que antes compartían.
La lucha en Coahuila se basa por su parte, según el Ejecutivo, en las pugnas entre Los Zetas y la organización criminal del Pacífico.
Desde que Calderón subió al poder en diciembre de 2006, más de 40.000 personas han perdido la vida en México en la lucha entre los cárteles de la droga por el control del territorio y la ofensiva contra el narcotráfico lanzada por el Gobierno.
