Vicente Vallés, sobre las sospechosas muertes de oligarcas rusos: "En Rusia no hay casualidades"

Esta semana hemos conocido la muerte del presidente de la mayor petrolera rusa, Lukoil. Ravil Maganov ha muerto tras caer por la ventana del sexto piso del hospital en el que se encontraba ingresado. Su empresa se había manifestado en contra de la invasión de Ucrania y él, personalmente, pidió a Putin que acabara con la guerra el pasado marzo.

Maganov, de 67 años, estaba siendo tratado en el Hospital Clínico Central de Moscú por un ataque cardíaco. Fuentes de seguridad rusas aseguran que el empresario tomaba antidepresivos. La versión oficial es que se trata de una muerte por suicidio. Casualmente, el hospital en el que murió es el mismo en el que Putin fue visto despidiéndose de Gorbachov.

Maganov es el segundo alto ejecutivo de la compañía petrolera que muere en extrañas circunstancias en los últimos meses. A principios de mayo, Alexander Subbotin falleció tras sufrir un paro cardíaco provocado tras una supuesta sesión con un chamán en la que se le inyectó veneno de sapo. Al parecer, Subbotin buscaba una solución para la resaca.

"Es insostenible que alguien se pueda creer que se haya producido por casualidad"

A la muerte de este empresario se suman otros 10 nombres con cargos relevantes que también han perdido la vida desde que comenzó la invasión de Ucrania. Oficialmente, más de la mitad de ellos se han suicidado, dos de ellos el mismo día y, presuntamente, después de matar a su mujer e hijos.

Nuestro compañero, el director y presentador de Noticias 2 de Antena 3, Vicente Vallés, asegura que "en Rusia no hay casualidades". "Puede que algunas de estas muertes se hayan producido como parece oficialmente de manera natural, pero es insostenible pretender que alguien con dos dedos de frente se pueda creer que la sucesión permanente de muertes en circunstancias extrañas de personas que tienen un cierto cargo poderoso se haya producido por casualidad", ha señalado.

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