Los diputados en el salón de la cámara baja de la ciudad de México.

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LA IZQUIERDA HA TOMADO EL SALÓN DE PLENOS PARA EVITAR LA SESIÓN

Violencia e insultos en el debate de la reforma energética de México

La cámara de los diputados en México ha vivido su momento más tenso cuando se discutían las enmiendas de la reforma energética y dos legisladoras han llegado a las manos. Otros de los diputados se ha desnudado también en protesta de la nueva reforma, que tiene como objetivo privatizar el sector energético del país.

Los insultos y las descalificaciones entre diputados mexicanos que debaten la reforma energética han sido denominador común en una sesión en la que se ha visto de todo, desde golpes entre diputadas hasta el desnudo de un político en tribuna.

El debate del proyecto ha comenzado este miércoles en una improvisada sede alterna, después de que un grupo de legisladores de la izquierda tomara el salón de plenos para evitar el inicio del análisis de una reforma clave para el país. De madrugada el diputado del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) Antonio García Conejo se desnudó y quedó en ropa interior para mostrar a sus colegas cómo con esta reforma se despojaba a la nación de sus recursos energéticos para entregarlos al capital privado. "No me avergüenza", decía García Conejo mientras acusaba a los legisladores del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del conservador Acción Nacional (PAN) de traicionar a la patria al consumar lo que la izquierda considera la privatización del sector energético.

La reforma ya había sido aprobada en términos generales con 354 votos a favor y 134 en contra, y se discutían las enmiendas parciales al articulado. Pero uno de los momentos de mayor tensión llegó cuando las diputadas Karen Quiroga, del PRD, y Landy Berzunza, del PRI, se enfrentaron a golpes. Al subir a la tribuna Quiroga pidió disculpas por haber llegado a las bofetadas, que dejaron lesiones a ambas legisladoras: rasguños, contractura del cuello y una córnea afectada.

El pleno de la Cámara de Diputados ha partido del proyecto aprobado por el Senado, que incluye reformas a tres artículos de la Constitución con el fin de abrir el sector energético a la explotación de la iniciativa privada. Una vez quede aprobada la reforma en el Parlamento, tiene que ser ratificada por al menos 17 de los 32 poderes legislativos de los estados.

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