La viuda de Arafat pide la exhumación del cadáver del líder palestino

Yaser Arafat, enfermo, se despedía de sus seguidores horas antes de morir. Repartía besos con la misma mano con la que se había colocado el gorro. Ocho años después de su muerte se descubre que ese gorro contenía polonio 210, un elemento radiactivo, letal si se ingiere, incluso en dosis microscópicas. Los restos de esta sustancia estaban también en su ropa, en su pañuelo y en otros objetos personales.

"Su cepillo de dientes es lo que presenta más radiactividad. Pero se necesitaría una investigación más profunda para saber si Arafat fue envenenado", asegura François Bochud, director del centro de investigaciones radiactivas de la Universidad de Lausana (Suiza), la institución que ha analizado las pertenencias de Arafat.

Solo un análisis de sus restos mortale permitiría conocer la causa real de su muerte, hasta ahora considerada una incógnita. "Nadie pensó nunca en hacer una autopsia. Confiamos en los médicos franceses que intentaron salvarle la vida, pero entonces no tenían medios para hacer una prueba radiactiva", dice Suha Arafat, su viuda.

Tras su petición, la Autoridad Palestina permitirá exhumar el cadáver. Un asunto delicado para el Islam, pero posible, al tratarse de una investigación. Israel consideraba a Arafat un obstáculo para la paz. Muchos palestinos siguen creyendo en la hipótesis del asesinato.