Dia mundial de la depresión
Estos son los factores que pueden influir en el desarrollo de una depresión
La cifra se eleva al 40% con algún tipo de problema de salud mental en las personas mayores de 50 años y alcanza un 50% en los que tienen más de 85 años. Estos datos subrayan la urgencia de visibilizar y comprender estas enfermedades para quienes los sufren y sus seres queridos.
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Entre los trastornos más comunes se encuentran los de ansiedad, los trastornos del sueño y los depresivos. Sin embargo, la lucha no se limita a la atención médica; el estigma asociado a estas enfermedades persiste incluso cuando los síntomas han remitido, obstaculizando el camino hacia la recuperación. La educación y la empatía se presentan como herramientas fundamentales para desmantelar estos estereotipos, promoviendo una cultura de respeto y comprensión.
Factores que influyen: genética y ambiente
Según los últimos estudios, la genética juega un papel crucial en el desarrollo de la depresión, aumentando el riesgo hasta tres veces si hay antecedentes familiares. A pesar de que la sociedad tiende a atribuir la depresión exclusivamente a factores ambientales, como el estrés social, el trauma o situaciones de vida complicadas, los expertos del Centro de Investigación en Red de Salud Mental (CIBERSAM) destacan que la influencia genética puede ser igualmente significativa. Según Eduard Vieta, jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic, el impacto de la genética puede superar al de los factores ambientales en ciertos tipos de depresión.
La falta de biomarcadores concretos para diagnosticar trastornos mentales complica aún más la situación. Sin embargo, se están realizando investigaciones que podrían abrir nuevas puertas en la comprensión de la depresión y su tratamiento. Aunque la OMS pone de manifiesto que, aunque estos últimos años se les ha prestado una mayor atención a los problemas de salud mental, esta atención aún no se ha traducido en una ampliación de los servicios de atención de calidad. En propias palabras del Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud: «Debemos atender esta llamada de atención y actuar al respecto acelerando drásticamente el aumento de la inversión en salud mental, porque no hay salud sin salud mental».
Prevención y buenos hábitos
La prevención, por su parte, es esencial; hábitos de vida saludables, sueño reparador y la separación de las fuentes de estrés son claves para cultivar una buena salud mental.
Sobre la importancia de dormir bien, son diversos los estudios que revelan un vínculo entre la mala calidad del sueño y una mayor probabilidad de ansiedad y depresión. Los investigadores coinciden en que adultos sanos con horarios de sueño interrumpidos informan niveles más altos de ansiedad, síntomas depresivos y angustia psicológica general en comparación con aquellos que mantienen patrones del sueño regulares.
A medida que la sociedad avanza, es fundamental que se integre la educación sobre salud mental en nuestras escuelas y entornos de salud. La salud mental no solo debe ser tratada, sino también cultivada y protegida. Cada paso hacia la comprensión y la empatía es un paso hacia la sanación, una lucha que todos debemos abrazar.
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