Alerta alimentaria en unas patatas fritas congeladas por la presencia de una sustancia no declarada

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha publicado una advertencia por la presencia de gluten no incluida en el etiquetado de unas patatas congeladas de la marca Lamb Weston y que se han distribuido en gran parte de España.

En concreto, el nombre del producto afectado es Grill Fries Salt & Pepper (patatas prefritas sal y pimienta), los números de lotes incluidos en la alerta son el NL020L4310 y NL020L4311, con fechas de consumir preferentemente para el 28 de octubre de 2026 y vendidos de forma congelada en envases de plástico de 500 gramos.

La Agencia Española ha tenido conocimiento a través de la Red de Alerta Alimentaria Europea (RASFF) de esta notificación de advertencia trasladada por las autoridades sanitarias de Países Bajos y ha recomendado a las personas con problemas derivados de la ingesta de gluten que se abstengan de consumirlo. No obstante, ha precisado que su consumo no comporta ningún riesgo para el resto de la población.

Autocontrol de la propia empresa

Según la agencia, la información incluida es resultado del autocontrol de la propia empresa, que ha comunicado la incidencia a las autoridades competentes, en cumplimiento de la legislación y a fin de no poner a disposición de la población alimentos no seguros. Noticias que han sido trasladadas a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (Sciri), para verificar la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización.

¿Cómo funciona la Red de Alerta Alimentaria?

El objetivo de esta red es proteger la salud humana y gestionar los riesgos alimentarios y para ello dispone de un sistema coordinado de alertas. Dentro de este sistema se constituye como punto nacional de contacto de las siguientes redes de alerta, que permiten mantener una constante vigilancia de cualquier riesgo o incidencia que, relacionado con los alimentos, pueda afectar a la salud de las personas consumidoras y así garantizar que los productos que se encuentran a su disposición son seguros y no presentan riesgos para su salud.

Para conseguir este objetivo, la base primordial es el intercambio rápido de información entre las distintas autoridades competentes, empresas alimentarias y consumidores y elabora anualmente los informes del SCIRI, que recogen toda la información relativa a las notificaciones de red de alerta que han afectado a nuestro país, incluyendo una descripción detallada de los productos involucrados, los peligros detectados y el origen de los alimentos incluidos en las notificaciones.

¿Cuándo se publica una alerta alimentaria?

El hecho de que se inicie un expediente de alerta alimentaria, a nivel nacional o europeo, no significa que los productos implicados hayan llegado al consumidor, incluso si esos alimentos ya han iniciado su proceso de comercialización dentro de la cadena alimentaria en España. Por eso, no todos los expedientes notificados en la red europea son sistemáticamente objeto de comunicación a la población en nuestro país.

La razón del lanzamiento de una alerta es que empresas y autoridades competentes han identificado determinados productos no seguros y trabajan contrarreloj para retirarlos, evitando en última instancia que sean puestos a disposición de la población.

A pesar del rápido funcionamiento de la red de alerta alimentaria, los productos alertados pueden llegar hasta la población y, en esa circunstancia, se activan nuevos mecanismos, fundamentalmente en el ámbito de la comunicación, para informar de manera efectiva a toda la población y evitar que esos productos concretos sean consumidos.

Por tanto, el objetivo principal de la comunicación de una alerta alimentaria es informar a la ciudadanía sobre si un producto que ha estado a la venta presenta un riesgo grave, y si lo han comprado y lo tienen en sus casas, evitar que sea consumido.

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