Cambio climático

Arsénico en el arroz, una amenaza silenciosa para tu salud

El arroz, alimento básico, puede contener arsénico, un metal tóxico que se acumula en el grano durante su cultivo. Su consumo frecuente representa un riesgo para la salud, incluyendo enfermedades como el cáncer.

Plantación de arroz

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El calentamiento global puede aumentar los niveles de arsénico contenidos en el grano de arroz. Un alimento básico consumido a diario por miles de personas. La presencia de arsénico en el arroz está reconocida como un problema de salud pública desde hace tiempo. Y la humanidad sabe que el arsénico, una sustancia química dañina que se encuentra de forma natural en el medio ambiente, es tóxico.

Las danas, los incendios, las olas de calor "tienen una repercusión directa sobre la salud de las personas", comenta Helena Moreno, responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace.

Sí, el arroz también se está viendo afectado por el cambio climático. Cantidades mínimas de arsénico inorgánico no causarían intoxicación. Pero... un reciente estudio publicado en 'The Lancet' sugiere que incluso cantidades menores de esa sustancia pueden tener efectos negativos en la salud.

El arsénico inorgánico prevalece en aguas subterráneas de Sudamérica y partes del sur y centro de Asia. Pero también preocupa su presencia en Europa. La raíz del problema se encuentra en que el arsénico puede acumularse en el suelo de los arrozales y, posteriormente, filtrarse en los granos durante el cultivo. Por tanto, puede afectar a la salud de las personas una vez que es ingerido.

La portavoz de Greenpeace lanza otra advertencia: el cambio climático está generando una "disminución" en el "rendimiento" de las cosechas. Como consecuencia, se podría producir una disminución en la producción alimentaria y una "inseguridad alimentaria selectiva", dice Helena Moreno, citando un informe elaborado por la Comisión Europea sobre el asunto. "Como va a haber menos producción de alimentos, va a haber menos disponibilidad y los precios van a aumentar"

Arroz, arsénico y salud

El consumo regular de arsénico inorgánico a través de alimentos o agua potable está relacionado con el riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes. También puede afectar al desarrollo del feto y la salud de los bebés.

"El aumento de las temperaturas y el aumento del C02 atmosférico repercutían directamente sobre el nivel de arsénico inorgánico en el grano de arroz. Este arsénico inorgánico vinculado a las dietas está relacionado con enfermedades cardiacas y diabetes", así lo confirma Moreno.

El estudio publicado en 'The Lancet' asegura que la acumulación de arsénico podría convertirse en un problema mayor debido al cambio climático. "Los efectos de la exposición crónica al arsénico inorgánico incluyen cáncer de pulmón, vejiga y piel, así como cardiopatía isquémica (...) también podría estar relacionado con la diabetes, consecuencias adversas durante el embarazo y el desarrollo neurológico, efectos inmunitarios, otros tipos de cáncer y otras enfermedades".

¿Qué ocurre si los niveles de arsénico superan a los límites fijados?

Alrededor del 75% del suministro mundial de arroz se cultiva en arrozales irrigados, una práctica que brinda ventajas frente a las malezas, pero también conlleva riesgos porque la falta de oxígeno en el suelo favorece a bacterias que utilizan arsénico para respirar, facilitando su absorción por las raíces del grano.

Los niveles de arsénico presentes en el arroz varían: la cantidad media mundial es de 66 microgramos por kg de arroz. En 2023, la Unión Europea(UE)fijó un límite de 0,2 mg/kg para esta sustancia presente en el grano de arroz.

"Si cada persona consume 0,13 microgramos de arsénico inorgánico por kg de peso al día, por ejemplo, la EPA calcula que, en comparación con un consumo nulo, ocho personas más de cada 10.000 desarrollarán cáncer de vejiga, 10 personas más de cada 10.000 desarrollarán cáncer de pulmón, 110 personas más de cada 10.000 desarrollarán enfermedad cardíaca isquémica y 129 personas más de cada 10.000 desarrollarán diabetes", recoge la 'BBC'.

Al menos la mitad de las muestras del estudio señalan que el arsénico se encuentra en un porcentaje superior al fijado por la Unión Europea: "En la mitad de las muestras este arsénico superaba los límites establecidos por la UE, Estados Unidos y China".

Investigación: 28 tipos de arroz analizados

Durante diez años, investigadores cultivaron 28 variedades de arroz en cuatro regiones distintas de China. Descubrieron que los niveles de arsénico en el arroz aumentaban con el incremento del dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera y de las temperaturas. Después, analizaron cómo estos niveles podrían afectar la salud: estimaron que podría provocar hasta 19,3 millones de casos más de cáncer solo en China.

"El arsénico inorgánico es cancerígeno y tiene efectos adversos para la salud pulmonar y cardiovascular; la lista es interminable", afirmó Lewis Ziska, profesor asociado en la Universidad de Columbia y coautor del estudio. Aunque el estudio se centró en China, el impacto podría extenderse a Europa o Estados Unidos.

El estudio se trata de uno de los más completos hasta la fecha, aunque también presenta limitaciones al suponer que en 2050 se consumirá la misma cantidad de arroz que en la actualidad y que seguirá predominando el consumo de arroz blanco, que contiene menos arsénico que el integral.

El estudio, realizado en colaboración con la Universidad Johns Hopkins (EE UU) y la Academia China de Ciencias, revela que los mayores niveles de arsénico se deben probablemente a cambios en la química del suelo relacionados con el clima, que favorecen formas de arsénico que pueden ser absorbidas más fácilmente por el grano de arroz.

¿Qué se puede hacer para paliar el problema?

"No podemos fingir que vamos a eliminar el arroz de la mesa. Eso no es viable", afirma Nachman. Por ello, los investigadores han ensayado estrategias diferentes. Una de ellas es alternar periodos de inundación y drenaje en los campos (reduce el arsénico pero incrementa el cadmio, un metal vinculado a varios tipos de cáncer y enfermedades).

También se explora la creación de variedades de arroz que absorban menos arsénico. Otras opciones pasan por añadir azufre al agua o modificar el microbioma del suelo con fertilizantes específicos. Asimismo, estas alternativas necesitan más investigación.

Cultivar arroz en zonas con suelos y aguas más limpias también es una posibilidad: el arroz de África Oriental e Indonesia, alimentado con agua de lluvia, presenta niveles más bajos de arsénico inorgánico que el producido en Estados Unidos, América Latina, el Sudeste Asiático, Europa o Australia.

"Es urgente que los Gobiernos actúen de manera rápida para frenar este cambio climático", finaliza la responsable de Agricultura de Greenpeace.

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