Así han evolucionado los síntomas del coronavirus desde la variante estándar hasta la ómicron

La variante ómicron del coronavirus, originada en Sudáfrica, ha vuelto a desatar la alarma a nivel mundial ante el temor de que esta nueva variación de la Covid-19 sea más agresiva y, sobre todo, escape a la acción de las vacunas.

De momento, en lo que se refiere a síntomas, parece que hay buenas noticias. No revisten demasiada gravedad y se asemejan, en parte, a los síntomas de las otras dos grandes variantes que se hicieron dominantes en todo el mundo: la estándar (la primera) y la delta. Hay que señalar, no obstante, que ahora hay muchas más personas vacunadas y por lo tanto protegidas que las que había cuando las dos otras variantes se originaron.

Pese a todo, existen notables diferencias entre las tres en cuanto a los casos leves. Con respecto a los casos de Covid-19 persistente en la variante ómicron todavía no se pueden detectar (en caso de que hubiese) porque esta nueva mutación acaba de ser descubierta.

Diferencia de síntomas

Con la variante estándar, los síntomas más frecuentes eran la fiebre, la tos seca y persistente, el cansancio, la pérdida de gusto y olfato y la dificultada para respirar.

Sin embargo, la variante Delta, mucho más contagiosa, trajo una serie de síntomas diferentes, además de los propios de la estándar: dolor de garganta y cabeza y estornudos frecuentes.

Por último, y por lo que hasta el momento se conoce, la mutación ómicron del virus añade otros dos nuevos síntomas aparte de los citados anteriormente: sudores nocturnos y una mayor secreción nasal.

En España, mientras, ya hay hasta el momento cuatro casos confirmados de la variante ómicron después de que ayer martes los resultados preliminares del estudio microbiológico de los dos viajeros procedentes de Sudáfrica que dieron positivo de Covid-19 en Cataluña confirmase que están contagiados con la dicha mutación.

Covid persistente

Chips sexuales, ¿la fórmula del rejuvenecimiento o una promesa que no calcula sus riesgos?