Cáncer
La biopsia líquida, el futuro de la detección temprana y del tratamiento del cáncer
La bióloga, Laura Muinelo, responsable de la Unidad de Análisis de Biopsia Líquida del Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago de Compostela (IDIS), asegura que esta técnica no invasiva permitirá tratamientos más personalizados y eficaces, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
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Los avances en la investigación oncológica han abierto la puerta a una estrategia prometedora: la biopsia líquida. Se trata de un método no invasivo que, mediante el análisis de biofluidos como la sangre, la orina o la saliva, permite detectar fragmentos de ADN tumoral antes de que aparezcan síntomas evidentes. "Nuestros fluidos contienen información que puede ayudar a diagnosticar un cáncer de forma temprana", explica la bióloga Laura Muinelo, responsable de la Unidad de Análisis de Biopsia Líquida del Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago de Compostela (IDIS), unidad vinculada al Servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela.
Esta técnica, enmarcada dentro de la oncología de precisión, representa un avance significativo hacia tratamientos más personalizados. Al estudiar el material liberado por las células tumorales, los especialistas pueden identificar mutaciones clave y adaptar las terapias de forma específica, maximizando su eficacia y reduciendo la toxicidad para los pacientes.
Sangre, saliva y orina: una fuente de información clave
Según Muinelo, el biofluido más utilizado en los laboratorios para biopsias líquidas es la sangre. Sin embargo, también se estudian otros fluidos, como la orina, la saliva o incluso el líquido cefalorraquídeo. Estos contienen no solo células tumorales en circulación —procedentes tanto del tumor primario como de las metástasis—, sino también fragmentos de ADN liberados por las células cancerosas.
"Analizar estas células es crucial, ya que son responsables de formar las metástasis", señala la experta. Además, el ADN tumoral circulante permite identificar mutaciones relevantes que aportan información sobre la biología del tumor y guían la selección de terapias.
Este enfoque no solo tiene implicaciones en el tratamiento de tumores avanzados, sino también en el manejo de la enfermedad localizada. Por ejemplo, tras una cirugía, la detección de biomarcadores circulantes puede predecir la recurrencia del cáncer.
Diagnóstico temprano y calidad de vida
Una de las aplicaciones más esperanzadoras de la biopsia líquida es su potencial para el diagnóstico temprano del cáncer. "Aunque ya se emplea en la práctica clínica para guiar tratamientos en casos avanzados, creemos que en el corto y medio plazo se podrá aplicar para mejorar el diagnóstico precoz", afirma Laura Muinelo.
Además, esta técnica tiene el potencial de evitar tratamientos agresivos innecesarios, como la quimioterapia generalizada, al proporcionar información en tiempo real sobre la recurrencia o progresión de la enfermedad. Esto no solo reduce la toxicidad de los tratamientos, sino que también mejora significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Un futuro prometedor
La biopsia líquida simboliza un cambio de paradigma en el abordaje del cáncer. Al ofrecer una ventana al comportamiento del tumor en tiempo real, permite a los oncólogos tomar decisiones más informadas y adaptadas a las necesidades individuales de cada paciente.
Aunque aún queda camino por recorrer en su implementación generalizada, las investigaciones en este ámbito avanzan rápidamente, consolidando su papel como una herramienta esencial en la oncología de precisión. El trabajo de los investigadores se centra ahora en mejorar la sensibilidad de esta técnica para detectar el mayor número de mutaciones con interés clínico.
El objetivo final es claro: tratamientos más eficaces, menos invasivos y una mayor calidad de vida para los pacientes.
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