Salud

El calvario de Imali Chislett: casi muere tras dos años sin diagnóstico porque sus síntomas eran "normales"

A pesar de sufrir sangrado rectal y otros síntomas debilitantes, los médicos desestimaron su condición durante dos años debido a su juventud.

 Imali Chislet tras ser intervenida quirúrgicamente.

Imali Chislet tras ser intervenida quirúrgicamente. Instagram: @mali.and.m.e

Publicidad

En el año 2021, Imali Chislett, una joven de 20 años comenzó a experimentar síntomas inusuales que incluían sangrado rectal, calambres estomacales e incontinencia intestinal. Inicialmente, creyó que estos síntomas eran causa del síndrome de Ehlers-Danlos (EDS), una afección genética que afecta los tejidos conectivos y puede causar que la piel se desgarre fácilmente. Sin embargo, los síntomas seguían empeorando.

Al sacar cita con su médico de cabecera, le dieron una espera de seis semanas, por lo que la joven decidió acudir a urgencias. Allí, el personal médico le realizó dos pruebas de embarazo y un examen rectal, sin encontrar hemorroides visibles o palpables. A pesar de sus síntomas, los médicos concluyeron que lo que experimentaba era "normal" para alguien de su edad y le indicaron que, si los síntomas persistían durante un año, se realizarían más investigaciones. Según los médicos, ella era demasiado joven para tener una enfermedad grave.

Durante los siguientes dos años, la joven continuó sufriendo sangrado constante, incontinencia y otros síntomas. A finales de 2021, su condición empeoró tanto, que tuvo que confinarse en casa utilizando pañales para adultos y limitar al máximo su interacción social. Su vida se vio totalmente alterada por su condición.

A pesar de sus intentos por recibir médica, los profesionales seguían minimizando sus síntomas, repitiendo que era demasiado joven para padecer una enfermedad grave. Sin embargo, en abril de 2023, después de insistir, su médico de cabecera accedió a realizarle pruebas más exhaustivas. Inicialmente, las pruebas se enfocaron en descartar cáncer, pero luego se ampliaron para investigar trastornos intestinales. Los resultados revelaron una inflamación grave en las heces, lo que llevó a la realización de una tomografía.

Colitis ulcerosa grave

Tras la realización de las pruebas, el diagnóstico fue claro: colitis ulcerosa grave, también conocida como pancolitis, una forma de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) en la que el intestino grueso estaba completamente ulcerado e inflamado. Según los médicos, la inflamación era tan severa que su colon "se iluminó como un árbol de Navidad" durante la tomografía, algo poco común en este tipo de estudios.

A pesar de la gravedad del diagnóstico, el hecho de tener una explicación para los graves síntomas que había estado padeciendo durante dos años le trajo alivio. Tras el pronóstico, la pusieron inmediatamente bajo tratamiento con esteroides para controlar la inflamación y recibió infusiones de hierro para tratar la anemia causada por el sangrado. Sin embargo, aunque los esteroides aliviaban temporalmente sus síntomas, cada vez que los médicos intentaban reducir la dosis, su condición empeoraba de nuevo.

Tras seis meses sin mejoría, Imali decidió buscar una segunda opinión médica. El médico le confirmó que padecía un caso grave de colitis ulcerosa y le aseguró que necesitaba un tratamiento con inmunosupresores, un tipo de medicamentos que se encargan de suprimir el sistema inmunológico para controlar la inflamación. No obstante, estos fármacos vinieron acompañados de otros efectos secundarios como la caída del pelo y el deterioro de la piel, lo que hizo que el proceso de recuperación fuera aún más duro.

Cirugía de urgencia

En febrero de 2024, su salud sufrió un nuevo revés cuando desarrolló lo que en un principio pensó que era un virus de vómitos. Sin embargo, los síntomas se mantuvieron presentes durante más de tres semanas, con constantes nauseas y diarreas, lo que la llevó de nuevo a urgencias. Al ingresar en el hospital, su frecuencia cardiaca se disparó a 170 pulsaciones por minuto, lo que la puso al borde del infarto. Los médicos se vieron obligados a acudir con inmediatez para estabilizar su corazón, y en los días sucesivos descubrieron que su colon estaba tan dañado que había comenzado a desgarrarse.

Finalmente, el daño que tenía su colon acabó en una perforación, lo que le provocó sepsis, una condición que puede provocar la muerte. A pesar de los esfuerzos médicos por salvar su intestino con grandes dosis de inmunosupresores y otros tratamientos, su cuerpo dejó de absorber medicamentos, alimentos y líquidos. En ese momento, los médicos decidieron intervenir quirúrgicamente.

En la cirugía le realizaron una extirpación parcial de su colon y le colocaron dos bolsas de ostomía. Estas bolsas, una para el estoma principal y otra para la fístula mucosa, le permitieron continuar eliminando los desechos corporales mientras su colon se recuperaba. La recuperación fue lenta, pero tras pasar diez días en el hospital, comenzó a mejorar notablemente.

Tras la cirugía, la joven es optimista para el futuro, asegura que se siente mucho mejor y más libre para realizar actividades cotidianas como socializar y comer fuera de casa. Sin embargo, aún no ha logrado recuperarse por completo y sigue lidiando con los efectos físicos y emocionales de su enfermedad.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com

Publicidad

Cáncer de pulmón

Los cirujanos torácicos piden agilizar el diagnóstico del cáncer de pulmón en España: "No hay detección precoz"

La Sociedad Española de Cirugía Torácica recuerda que cada año mueren por cáncer de pulmón 1,8 millones de personas, lo que se traduce en más de 4.900 muertes diarias en todo el mundo.

Entrada Urgencias del Hospital San Juan de Dios de Córdoba

Reclama al SAS los gastos de operarse un cáncer de ovario en la privada: "Ante el abandono a mi suerte por la sanidad pública, con un tumor"

Solo una intervención urgente podía salvar su vida, la joven de 28 años fue diagnosticada de cáncer de ovario. Sin embargo, según denuncia, la sanidad pública la desahució. Ahora le reclama al Servicio Andaluz de Salud los casi 48.000 euros de gastos médicos que pagó en un centro privado.