Las uvas enteras pueden provocar atragantamiento en niños

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RECOMIENDAN QUE LOS NIÑOS NO LAS TOMEN

Comer uvas es la tercera causa de asfixia en menores de cinco años

Los médicos advierten de que las uvas, por su forma y textura, pueden provocar una obstrucción en las vías respiratorias y "si no se actúa de forma rápida, pueden llegar a provocar la muerte".

Ante la cercanía de la Nochevieja y la tradición de comer las doce uvas para dar la bienvenida al nuevo año, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) ha advertido que comer uvas enteras -con piel y pepitas- es la tercera causa de asfixia en menores de cinco años, y, por tanto, el 31 de diciembre hay que estar pendiente a medianoche ante el riesgo de atragantamiento entre los más pequeños.

"Esta fruta, por sus cualidades en cuanto a su forma y textura, puede provocar una obstrucción en las vías respiratorias y, si no se actúa de forma rápida, puede llegar a provocar la muerte", asegura el doctor Raimundo Gutiérrez Fonseca, vicesecretario general de la SEORL-CCC, quien reitera que, esta frutas "puede deslizarse en la boca del niño de forma involuntaria, sin ser masticada, y actuar como tapón en las vías aéreas, impidiendo la respiración".

Por ello, recomienda no darles a los niños, sobre todo a los menores de cinco años, las tradicionales doce uvas para dar la bienvenida al nuevo año o, en su defecto, modificar su forma, cortándolas en varios trozos, quitándole la piel y las pepitas para, así, evitar un episodio de aspiración.

La mayor parte de los atragantamientos infantiles se producen en niños menores de dos años. "Es en esta franja de edad cuando aún no tienen los dientes desarrollados, el sistema deglutorio del niño es inmaduro y la posibilidad de que una parte de un alimento o cuerpo extraño pase a la vía respiratoria es más alta", comenta. Los especialistas alertan de que las uvas no son las única responsables de los atragantamientos. "Entre los alimentos, destacan los frutos secos y, entre los objetos inanimados, los juguetes o piezas pequeñas de estos, así como los globos, todos ellos muy presentes en estas fechas", indica Gutiérrez Fonseca.

Es más, los expertos prohíben dar a los niños menores de tres años cualquier tipo de fruto seco sin moler y recomiendan no hacerlo hasta los cinco o seis años, por el alto riesgo que existe de atragantamiento y asfixia. En cualquier caso, lo más importante es prevenir que ocurran estos episodios de aspiración. Para ello, "es importante evitar que accedan a cuerpos extraños o alimentos no adecuados para su edad", señala.

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