El 50% de los niños menores de 15 años y el 70% de las niñas han padecido dolor de espalda. Para evitarlo, no se debe cargar más del 10% o el 15% de su peso corporal. Es decir, un niño de primaria que pese 35 kilos no debería cargar más de 5,2 kilos, según el doctor Beltrán. Sin embargo, muchos escolares llevan en sus mochilas hasta 7,5 u 8 kilos.
Para evitar esto, existen muchas soluciones desde la tecnología y los libros digitales, hasta dejar el material en las taquillas y no llevárselo todo a casa o los libros por fascículos. La mochila también es importante. Por ejemplo, señala el doctor, "hay que llevar todo el peso pegado a la espalda y las dos asas apoyadas en los omoplatos".
Además, aunque posiblemente la causa del dolor sea el peso soportado diariamente, Beltrán recomienda visitar a los expertos y especialistas por si el dolor fuera producido por otro motivo. Esto es así para evitar otras patologías como la escoliosis.
"Probarlo con un calcetín y que el pie se pueda mover"
Al igual que ocurre con las mochilas, la vuelta al cole trae consigo el cambio de calzado para los escolares. La elección de los zapatos, en este sentido, es muy importante. Como explica el doctor, cada uno de los pies tiene 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos. "Todo eso genera durezas, juanetes, callos y otras patologías de la piel", añade. Además, el pie de los niños crece entre 6 y 8 milímetros cada tres meses, por lo que cambia muy rápido.
Por ello, el calzado no debe quedar justo, sino que "hay que probarlo con un calcetín y comprobar que el pie se pueda mover". El zapato tiene que ser ancho en la zona delantera y estar hecho con materiales transpirables. Además, se debe ir a comprar esta pieza de vestir por la tarde debido a que el peso del día ya ha provocado que los tobillos se hincen a su máximo nivel. Beltrán, en este sentido, reivindica la figura de los podólogos y los especialistas.
La 'vuelta al cole' también trae el síndrome postvacacional para los menores, "aunque en menos porcentaje que en los adultos". Estos se refleja en síntomas muy concrestos, apunta el facultativo: "Irritabilidad, trastorno del sueño, falta de apetito y desgana". La forma de tratar esto es con "tranquilidad". En una semana, cuando racionalicen el cambio de pauta de vida, todo volverá a la normalidad. Para que la adaptación sea más sencilla, es óptimo ver a los compañeros unos días antes de volver a las clases y preparar las cosas del colegio con antelación.