Piel
de usar y tirar. Todo un desafío científico, un material invisible
que tensa la piel y hace que desaparezcan arrugas. Un efecto inmediato que dura
24 horas. Un sólo gesto para rejuvenecer 10 años.
Se extiende esta piel transparente, que mantiene un polímero sobre la
piel, y después se impregna la misma zona con una crema que actúa como
catalizador causando una reacción.
Científicos del Instituto de Massachusetts
se pusieron manos a la obra hace 10 años y han fabricado con polímeros de
silicona un material que imita a una piel joven. No se elimina con jabón ni con
agua.
Pretenden que su uso no sea
solo estético, y los investigadores también hablan de una segunda piel para
protegernos de los efectos nocivos del sol o para aplicarla a tratamientos
médicos para quemaduras, eczemas o dermatitis.
Esa también es la finalidad con
la que se trabaja en el laboratorio de la unidad de quemados del hospital de
Getafe, en Madrid. Desarrollan un gel que al extenderlo en una herida pueda
crear piel vascularizada definitiva, es decir que cumple todas las funciones
que tiene este órgano.