Salud
Descubren una nueva causa del asma que podría facilitar su tratamiento
Una nueva investigación en la que han participado científicos españoles ha descubierto unos fármacos para evitar esos daños.
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Un nuevo estudio publicado por la revista Science revela una nueva causa de los ataques de asma y abre la puerta a nuevos tratamientos que no sólo hagan más llevadera la enfermedad, sino que permitan evitar los daños que causa la enfermedad.
Hasta ahora, el diagnóstico consideraba la broncoconstricción como clave del asma, sirviendo así de identificación y se trataba como una enfermedad del sistema inmune ante un agente externo, interno o genético, que producía ahogo, moco, tos, etc.
Pero ahora, la investigación, con la participación de Elena Ortiz-Zapater, de la Universidad de Valencia, ha estudiado la contracción repentina de las vías respiratorias, la compresión a nivel celular en los pulmones de ratones con asma y el tejido respiratorio de los pacientes.
A partir de esos análisis, se llega entonces a hablar de "extrusión", un fenómeno derivado de la broncoconstricción, que produce daños en el tejido de las vías respiratorias y genera inflamación y secreción de moco, tanto en ratones como en humanos.
"Hemos visto que tras la compresión que produce el asma, las vías respiratorias se vuelven muy pequeñas muy rápido, lo que afecta a las células epiteliales que recubren el interior de estas vías", explica Ortiz. "Hablamos de un tipo de células no tan flexibles como las musculares y que no están preparadas para una agresión así. Como resultado de la compresión, las células epiteliales se quedan sin espacio y acaban muriendo y desapareciendo", añade.
Tratamiento para el asma
El estudio propone entonces prevenir el daño mecánico causado por una crisis asmática, en lugar de tratar únicamente los síntomas posteriores. El equipo, encabezado por la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan, de EEUU, demostró que el uso del albuterol, un broncodilatador de acción corta comúnmente utilizado para tratar el asma, no previene los daños de los epitelios ni la inflamación tras una crisis de asma.
Sin embargo, los inhibidores que detenían la vía de extrusión celular contrarrestaban el daño mecánico de las vías respiratorias y reducían significativamente la respuesta inflamatoria. Todo esto supone un paso más allá en el tratamiento de la enfermedad.
"Estos hallazgos no solo establecen que la broncoconstricción es un estímulo proinflamatorio, sino que también apuntan hacia el potencial de nuevas vías de investigación que busquen inhibir un círculo vicioso 'mecanoinflamatorio'", según una artículo de análisis que acompaña al estudio.
Cerca de 300 millones de personas sufren asma en todo el mundo, una dolencia que tiene como principales síntomas tos, sibilancias, dificultad para respirar y opresión torácica, debido a la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias pequeñas de los pulmones.
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