Parásitos infecciosos

Detectan un parásito potencialmente mortal que también afecta a las personas en lémures de Valencia

Este parásito puede provocar meningitis en humanos, lo que lo convierte en una amenaza emergente para la salud pública.

Imagen de archivo de un lémur de cola anillada

Imagen de archivo de un lémur de cola anilladaiStock

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Las alarmas han saltado entre la comunidad científica. Una investigación liderada por la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia ha detectado, por primera vez en Europa, un parásito potencialmente mortal en lémures del Bioparc de Valencia. Un parásito que también puede afectar a las personas.

Tres lémures, dos de frente roja y uno de cola anillada, murieron entre 2020 y 2022 por meningoencefalitis causada por un parásito en forma de gusano. Este tiene como hospedadores intermediarios a caracoles, babosas, cangrejos o ranas. Sin embargo, también puede provocar meningitis en humanos, lo que lo convierte en una amenaza emergente para la salud pública.

El análisis posmortem realizado a los tres lémures fallecidos a través de necropsia y análisis genéticos permitió al equipo, formado por personal investigador de las universidades de Córdoba, CEU UCH, Católica de Valencia, así como del Bioparc de Valencia, identificar al parásito zoonósico Angiostrongy luscantonensis como el agente causal de su muerte.

El Angiostrongy luscantonensis había atacado el sistema nervioso central de los lémures, lo que les provocó, entre otras lesiones, congestión moderada en las meninges del cerebro y hemorragias en el cerebelo y el tronco encefálico, tal y como ha informado la Universidad de Córdoba en un comunicado.

Además, los investigadores identificaron larvas de estos "gusanos" en las meninges, el cerebro y la médula espinal de los lémures, acompañadas en algunos casos de inflamación, hemorragias y necrosis, lo cual resalta la importancia de reforzar la vigilancia de las enfermedades zoonósicas, añade dicho comunicado.

Ahora bien, es importante señalar que la transmisión de este parásito a las personas no se produce por contacto con lémures, sino a través del consumo de hospedadores intermediarios (como los mencionados caracoles, crustáceos, etc.) o verduras poco lavadas.

"Puede representar un riesgo para la salud humana"

Este parásito no se había detectado antes en primates no humanos en Europa, por lo que su presencia en Valencia plantea diversos interrogantes sobre su propagación. La detección temprana del Angiostrongy luscantonensis es compleja y el tratamiento de la infección no siempre resulta efectivo, lo que pone de manifiesto la importancia de desarrollar acciones preventivas.

Según Daniel Bravo, investigador de la UCO, "la detección del parásito es clave porque puede representar un riesgo para la salud humana y animal, por lo que es urgente la necesidad de incluir estos patógenos en los diagnósticos diferenciales y de mejorar los programas de seguimiento para proteger a especies vulnerables".

Debido a ello, el equipo investigador, liderado por la investigadora de la Universidad CEU UCH María Magdalena Garijo Toledo, concluyó su trabajo sosteniendo que en los primates no humanos se deben aplicar medidas de prevención y control similares a las recomendadas para humanos, tales como evitar el consumo de verduras sin lavar adecuadamente, así como caracoles, ranas, moluscos o crustáceos crudos. Además, es fundamental implementar un control y monitoreo eficiente de roedores terrestres y caracoles en áreas urbanas y antropizadas para reducir el riesgo de transmisión del parásito.

La investigación, titulada 'Primer registro de mortalidad asociada a Angiostrongy luscantonensis en primates no humanos en Europa', ha obtenido el XVIII Premio Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid otorgado por esta institución madrileña durante la entrega de los Premios de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.

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