Según los datos de un informe de la Sociedad Española de alergología e inmunología clínica sobre el asma, entre un 4 y un 5% de los pacientes asmáticos padecen asma grave no controlada.
Al respecto, el doctor Bartolomé Beltrán ha explicado en 'Noticias de la mañana' que "el asma es una enfermedad respiratoria caracterizada por inflamación crónica de las vías aéreas (bronquios) que causa episodios recurrentes de sensación de falta de aire (disnea), pitos en el pecho con la respiración (sibilancias), tos y sensación de opresión en el pecho".
Esta enfermedad afecta a un 11 por ciento de los niños entre seis y siete años, un 9 por ciento de adolescentes y un 5 por ciento de población adulta. En Estados Unidos, por ejemplo, la prevalencia en la población comprendida entre los 5 y los 34 años de edad ha aumentado en un 52 por ciento desde 1982 a 1992.
"Es frecuente que el asma se manifieste con un solo síntoma, por ejemplo, tos irritativa persistente. Es característico que los síntomas del asma ocurran de forma episódica y a cualquier hora del día, aunque es común que aparezcan predominantemente por la noche y durante las primeras horas de la mañana", dijo el Dr. Beltrán, quien ha subrayado que tampoco hay que olvidar que "la rinitis alérgica es una enfermedad que progresa y que tarde o temprano puede acabar afectando a toda la vía respiratoria. Hasta un 40 por ciento de los pacientes que sufren rinitis alérgica acaban desarrollando asma".
Para poder establecer un diagnóstico de asma deben concurrir ciertos criterios, "el más importante es demostrar en algún momento que existe obstrucción reversible de los bronquios, lo cual se demuestra mediante una espirometría” con la que se puede medir la velocidad a la que una persona expulsa el aire (flujo aéreo). "La diferencia principal con el enfisema o la bronquitis crónica producida por el tabaco es que en estas la obstrucción al flujo aéreo no es reversible”, matizó.
Por último, el Dr. Beltrán ha apuntado que se puede hacer el diagnóstico mediante pruebas de broncoprovocación, que consisten en provocar broncoespamo con la consiguiente obstrucción al flujo aéreo mediante estímulos irritantes de la mucosa de los bronquios. En este sentido, ha señalado que existen dos tipos de pruebas, la borncoprovocación por esfuerzo y por inhalación de irritantes.