Corazón roto
"Doctor, tengo el corazón roto": Tako Tsubo, la enfermedad de las emociones que puede llevar a la muerte
La doctora Leticia Fernández-Friera, directora del Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares HM CIEC, y la psicóloga Susana Ivorra nos cuentan los secretos del síndrome del corazón roto.
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Crac. Un simple sonido y se rompe el corazón. Se rompe y todo cambia. Un crac que puede ser un gesto que no llega, una mirada apagada, una solitaria palabra... "Recuerdo que dolía. Mirarla dolía". Pero entre las grietas de ese crac que puede parecer tan sentimental encontramos una enfermedad que va más allá del sufrimiento por desamor. Una enfermedad con diagnóstico clínico que, por trágico que suene, puede llevar al que la padece a la muerte. Hablamos del síndrome del corazón roto o Tako Tsubo, cuyos síntomas son muy parecidos a los del infarto de miocardio.
¿Cómo se puede romper un corazón? ¿Hay corazones más débiles que otros? ¿Es la tristeza la única capaz de resquebrajar el alma misma en pedazos? La doctora Leticia Fernández-Friera, directora del Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares HM CIEC, y la psicóloga Susana Ivorra nos cuentan los secretos que se esconden tras las lágrimas de un corazón roto.
Una vasija para pescar pulpos
El síndrome del corazón roto también es conocido como 'abombamiento apical', 'miocardiopatía de estrés' o con el término japonés Tako Tsubo, ya que fue en Japón donde se describió por primera vez esta afección, allá a comienzos de los años 90.
El hecho de denominarla Tako Tsubo se debe a que así se llama un tipo de vasija, abombada y con el cuello estrecho, que se usaba tradicionalmente entre los pescadores nipones para atrapar pulpos. ¿Y qué tiene que ver una trampa de pulpos con el corazón? Pues que la forma de este recipiente es la que adopta el ventrículo izquierdo cuando se deforma al contraer esta dolencia.
"El síndrome del corazón roto es un problema del músculo del corazón que simula un infarto agudo de miocardio"
Pues bien, el síndrome del corazón roto o Tako Tsubo es una afección cardíaca relacionada con una disfunción del ventrículo izquierdo, "un problema del músculo del corazón que simula un infarto agudo de miocardio", explica la doctora Leticia Fernández-Friera.
Este suele producirse tras una situación intensa y repentina de estrés físico o emocional y presenta unos síntomas casi idénticos a los de un infarto de miocardio, pero, por lo general, suele ser benigno y no desencadena consecuencias graves. Además, tanto sus características como sus detonantes o causantes difieren de los de un infarto.
"En psicología hablamos de pérdida: nos rompe el corazón la ausencia de la otra persona"
De esta manera, vemos que el síndrome del corazón roto no es lo mismo que que nos hayan roto el corazón, como explica la psicóloga Susana Ivorra: "Cuando hablamos en psicología hablamos de pérdida: nos rompe el corazón la ausencia de la otra persona. Esos planes y ese proyecto de vida que vemos que ya no se van a poder cumplir porque la otra persona no está o no quiere estar. Y también depende mucho de esas circunstancias en las que se da la ruptura y que pueden hacer todavía más traumático o rompernos más el corazón". No es lo mismo, pero eso no implica que una ruptura o pérdida dolorosa pueda desencadenar un episodio de miocardiopatía de estrés.
¿Cómo sé que tengo el corazón roto?
Volviendo a hacer hincapié en el tema, los síntomas del corazón roto suelen ser muy parecidos a los que uno siente cuando sufre un infarto de miocardio, de ahí que, en un primer momento, no se pueda saber a ciencia cierta de cuál de los dos problemas cardiacos se trata. Como explica Leticia Fernández-Friera, la miocardiopatía por estrés "se suele reportar como una presión en el pecho, un dolor torácico que a veces se puede irradiar al brazo izquierdo e, incluso, a la espalda".
"De una forma brusca empieza a doler el pecho y al final se produce un daño sobre ese músculo, lo que produce que se liberen unas enzimas, unas proteínas a la sangre, y nosotros los cardiólogos detectamos esas proteínas como si fuera un infarto. También hay una manifestación eléctrica en el electrocardiograma similar en el Tako Tsubo que en el infarto agudo de miocardio", expone Leticia Fernández-Friera.
Generalmente, estos son los principales problemas y las dolencias que sentirán las personas que sufran Tako Tsubo:
- Dolor en el pecho
- Sensación de fatiga
- Falta de aire
- Sudoración
- Mareo
- Náuseas
- Pérdida del conocimiento
- Parada cardiaca (esto solo en casos extremos)
Síntomas de sobra para eliminar toda duda que pueda generar el poético nombre del síndrome del corazón roto: "Sí es una enfermedad, una identidad patológica. Es un problema en el corazón importante, por lo que hay que acudir a urgencias a consultar", declara la cardióloga para alegar que esta dolencia no se corresponde con el romántico corazón partío: "Otra cosa es que nos hayan roto el corazón por otro motivo, pero ahí no hay un hallazgo de enfermedad sobre ese músculo del corazón o de esa liberación de las proteínas de las células del músculo del corazón o de esa manifestación eléctrica".
"Fisiológicamente sentimos que de verdad se nos rompe el corazón"
Un dolor físico, pero que puede venir precedido por el emocional: "Fisiológicamente sentimos que de verdad se nos rompe el corazón. La pérdida de alguien la podemos experimentar a través de emociones como la tristeza, el desconsuelo, la angustia, el miedo... Pero fisiológicamente también nuestro cuerpo está experimentando esas emociones. En psicología hablamos muchas veces de emociones como si fuera un procesamiento solo psicológico, solo mental. Nuestro cuerpo está sintiéndolo y lo siente tan real como siente una enfermedad, un dolor de cualquier otro tipo", detalla Ivorra.
"Cuando un paciente viene y me cuenta que ha sufrido una pérdida, un desamor, y está destrozado y físicamente siente que le duele el pecho, que no puede respirar... Yo no le digo "esto es algo emocional". Lo primero, si tienes ese dolor físico, que la emoción traspasa a lo fisiológico, es descartar que sea algo médico: que te vea un médico o ir a urgencias y descartarlo. No sabemos hasta qué punto tu cuerpo está ya experimentando ese dolor y puede ser algo peor que el desamor", expresa Susana Ivorra.
Diferencias con un infarto de miocardio
No obstante su extremo parecido, sí que existen ciertas peculiaridades propias de este síndrome y que lo diferencian del infarto de miocardio.
La principal diferencia entre el Tako Tsubo y el infarto de miocardio la encontramos a la hora de realizar las pertinentes pruebas de imagen del corazón: en ellas, por contra de lo que sucede en el infarto, los vasos sanguíneos coronarios del paciente de síndrome de corazón roto aparecen limpios. Es decir, no se aprecia estenosis (término que refiere a la constricción o estrechamiento de un orificio o conducto corporal) ni obstrucción alguna.
"La miocardiopatía de estrés se diferencia del infarto agudo de miocardio en que las arterias del corazón o arterias coronarias no tienen estenosis o bloqueos por placas de colesterol. Es lo que llamamos arterias coronarias sanas o limpias. Sin embargo, se produce en el músculo un daño similar a un infarto", precisa Leticia Fernández-Friera.
"No se sabe muy bien por qué se produce el síndrome de Tako Tsubo, pero sí que parece que está en relación con algún trastorno neurológico"
La clave para un diagnóstico correcto de corazón roto hay que buscarla no solo en esas pruebas de imagen mencionadas y en la ausencia, por lo general, de los factores de riesgo cardiovascular clásicos -tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes, hiperlipemia (altos niveles de grasa en sangre)-, sino también en el antecedente de un fuerte estrés puntual o de una repentina e intensa emoción.
En referencia a ese diagnóstico, para el que será vital reconocer el síndrome y diferenciarlo del infarto, se realizarán las siguientes pruebas específicas (más allá de tomar nota de los antecedentes personales, de realizar el examen físico del paciente y de recopilar los síntomas padecidos y su correspondiente descripción):
- Análisis de sangre
- Electrocardiograma
- Ecocardiograma
- Radiografía torácica
- Resonancia magnética cardiaca
- Angiografía coronaria
¿Y podría ser un ataque de ansiedad?
Tal y como el Tako Tsubo podría confundirse con un infarto agudo de miocardio, ¿cómo sabemos que estamos ante un caso de 'corazón roto' y no de un ataque de ansiedad? "El infarto agudo de miocardio, el síndrome de miocardiopatía de estrés o la crisis de ansiedad pueden ser similares", refiere Leticia Fernández-Friera, que sostiene que, "ante cualquier sospecha o presión en el pecho, hay que acudir al médico, al cardiólogo, para que él excluya la situación e identifique la causa".
"En la miocardiopatía por estrés, el dolor torácico es tan intenso que lo que apetece es quedarnos quietos. El dolor nos incapacita"
Ahora bien, sí que existe una reveladora diferencia que puede ayudar a la hora de discernir entre Tako Tsubo o infarto y ansiedad y que nos cuenta la cardióloga: "En una crisis de ansiedad y ante una situación de nervios, de ansiedad o de estrés, lo que nos apetece es movernos, salir a la ventana, coger aire. A veces, además de una presión en el pecho, también podemos tener ahogos, sensación incluso de mareo. En la miocardiopatía por estrés, el dolor torácico es tan intenso, con esa presión, que lo que nos apetece es quedarnos quietos. El dolor nos incapacita. No se acompaña con tanta frecuencia de esa falta de aire o de respiración, sino que es más un dolor inminente que puede llegar a la espalda o los brazos y acompañado de un muy mal estado general. A veces incluso siguen náuseas o vómitos".
![Diferencias entre un ataque de ansiedad y la miocardiopatía por estrés Diferencias entre un ataque de ansiedad y la miocardiopatía por estrés](https://fotografias.antena3.com/clipping/cmsimages01/2025/02/12/AF8E6031-D0D7-4F17-BA0B-7129AFBE936C/diferencias-ataque-ansiedad-miocardiopatia-estres_70.jpg?crop=853,480,x0,y0&width=480&height=270&optimize=high&format=webply)
"Una crisis de ansiedad es muy aparatosa y sentimos que nos morimos y que perdemos el control, pero tiene un inicio y un fin que es muy corto"
"Una crisis de ansiedad tiene un pico alto que dura en torno a los 20 minutos y luego va disminuyendo si no alimentamos esas emociones con más pensamientos catastróficos. Concentrándonos en la respiración y dejando que pasen esos 20 minutos, notamos que los síntomas empiezan a disminuir", añade al respecto Susana Ivorra. "Una crisis de ansiedad o incluso un ataque de pánico es muy aparatoso y sentimos que nos morimos y que perdemos el control, pero tiene un inicio y un fin que es muy corto, salvo que estemos alimentando con la angustia de "¿pero qué me está pasando?, me estoy muriendo". Entonces, todavía se hace la pelota más grande".
Apenas unos 20 minutos, lo cual no significa que sea un problema menor: "Es importante no minimizar lo que estamos sintiendo. Tampoco es que tengamos que hacerlo bola, pero no minimizarlo, porque si estás sintiendo un ataque de ansiedad necesitas una ayuda médica, un tratamiento adecuado", defiende la psicóloga.
Las causas que llevan a un 'corazón roto'
"No se sabe muy bien por qué se produce el síndrome de Tako Tsubo, pero sí que parece que está en relación con algún trastorno neurológico que puede aumentar la descarga de catecolaminas como respuesta de ese estrés y que, de forma secundaria, el músculo del corazón se quede aturdido o atontado, como si estuviese simulando un infarto. Incluso deja de bombear la sangre adecuadamente. Aquellas enfermedades que hacen que liberemos más catecolamina, noradrenalina o adrenalina pueden hacer que ese corazón no se contraiga igual de bien", expone Leticia Fernández-Friera.
Los factores de riesgo que llevan a sufrir un episodio de síndrome del corazón roto puede ser variados y diversos, ya que cualquier emoción 'descontrolada' puede desembocar en esta dolencia. Vale que no es lo mismo que un infarto, pero el que sufre 'corazón roto' lo siente de la misma manera que un infarto, con el mismo dolor.
Entre los principales desencadenantes podemos encontrar las siguientes situaciones:
- La muerte inesperada de un ser querido
- Una fuerte y acalorada discusión
- Una sorpresa inesperada que implique un fuerte efecto emocional
- El anuncio de un diagnóstico médico de mal pronóstico
- Un accidente
- Un traumatismo
- La pérdida de una gran suma de dinero (ojo, que también puede ser la ganancia de una importante e inesperada cantidad)
- Un despido laboral
- Un divorcio
- Situaciones de maltrato doméstico
- El efecto de algunos medicamentos, tales como la epinefrina o la duloxetina en pacientes con diabetes o para el tratamiento de la depresión (como también puede ocurrir con la venlafaxina o con la levotiroxina en el tratamiento de trastorno de la glándula tiroides)
Como se puede observar, la mayoría de factores están relacionados con el efecto que causa en la persona la notificación de un suceso de impacto y su consecuente reacción emocional.
![Entrevista a la psicóloga Susana Ivorra Entrevista a la psicóloga Susana Ivorra](https://fotografias.antena3.com/clipping/cmsimages01/2025/02/13/CAB36EE7-0C51-4A54-87D8-F4ADEE5E31AF/entrevista-psicologa-susana-ivorra_70.jpg?crop=640,360,x0,y0&width=480&height=270&optimize=high&format=webply)
Se le 'rompió el corazón' por comer wasabi
Una discusión acalorada, una muerte, una noticia impactante e inesperada... A pesar de su romántico nombre, el síndrome del corazón roto no tiene por qué estar provocado exclusivamente por la pena: la crisis provoca un debilitamiento súbito del músculo cardíaco, lo que impide que el corazón bombee sangre de manera eficaz, y puede estar desencadenada por los más diversos motivos.
Ejemplo de ello lo encontramos en 2019, en el Hospital Universitario Soroka de Israel. Allí, los médicos presentaron el caso de una mujer de 60 años que acudió al servicio de urgencias con un fuerte dolor en el pecho tras haber ingerido una gran cantidad de wasabi al confundirla con guacamole.
Tal y como explicaron los especialistas que la atendieron, pocos minutos después de haber comido el wasabi, la mujer sintió una presión repentina en el pecho que se irradiaba a los brazos y que duró varias horas. Decidió no marcharse de la boda y el dolor empezó a remitir, pero, al día siguiente, sintió debilidad y malestar general, lo que la llevó a buscar una evaluación médica.
El reporte del caso señala que este es el primer informe conocido de miocardiopatía de Tako Tsubo o síndrome del corazón roto desencadenado por el consumo de wasabi.
Tratamiento y cómo prevenirlo
Lo primero es señalar que el síndrome de corazón roto no se puede prevenir, ya que está asociado a eventos externos como puede ser un susto o una situación estresante o violenta, circunstancias que no se pueden prever en la mayoría de los casos. La vida es así: las malas noticias vienen como vienen, de forma brusca.
"Inicialmente, el tratamiento es el mismo que un infarto agudo de miocardio"
"Cuando el paciente llega a urgencias los síntomas son muy similares a los del infarto agudo de miocardio, por lo que, hasta que no hagamos el cateterismo o hagamos una prueba para confirmar que esas coronarias no tienen enfermedad, tienen el mismo tratamiento que si estuviesen sufriendo un infarto", expone Leticia Fernández-Friera. "Luego, cuando excluimos que es por un bloqueo del corazón, aplicamos unos tratamientos específicos para recuperar ese músculo que se ha lesionado o dañado, como IECA, que ayuda a fortalecer la función contráctil de ese músculo; antagonistas del calcio; o, si tenemos acumulación de líquidos en los pulmones, diuréticos", detalla la doctora.
De esta manera, la pauta farmacológica prescrita está basada en betabloqueantes, es decir, fármacos que bloquean la acción tanto de la adrenalina como de los efectos perjudiciales de las hormonas del estrés sobre el corazón. También inhibidores de la angiotensina o diuréticos, cuya misión es la de recuperar la función cardiaca, reducir el estrés sobre el miocardio y disminuir el exceso de líquido que se haya podido acumular.
Aquellos pacientes que han sufrido un episodio de síndrome de corazón roto suelen recuperarse tras una breve estancia en el hospital, donde se le realizan las pertinentes pruebas médicas. Y al igual que la estancia hospitalaria, la medicación posterior tampoco es a largo plazo.
Ahora bien, el Tako Tsubo no suele ser un síndrome aislado y, aun habiendo superado una crisis, puede volver a presentarse en caso de que se den las circunstancias propicias de un episodio de estrés agudo. De ahí que la mayor recomendación de los expertos sea la de tratar de evitar situaciones estresantes.
"Hay una parte que no se puede prevenir porque forma parte de las circunstancias de la vida que no están bajo nuestro control. Precisamente las personas que tienden a tener más ansiedad son las que necesitan o se esfuerzan en controlar cosas de nuestro alrededor que son incontrolables. Hay situaciones que, por mucho que tú las puedas prever, luego aparecen y la vida te las pone por delante", explica la psicóloga Susana Ivorra. "Al final, el cuerpo segrega unas hormonas que nos activan. Por un lado bien, pero por el otro nos dejan ese poso, ese residuo que es negativo".
"Hay una parte que no se puede prevenir porque forma parte de las circunstancias de la vida que no están bajo nuestro control"
"Siempre hay que prevenir cualquier problema del corazón con revisiones periódicas", añade por su parte Leticia Fernández-Friera. "Saber qué estilo de vida tenemos que hacer, qué alimentación, qué deporte... e intentar manejar nuestro estrés". Condiciones de vida saludable que la doctora enumera para el caso ya que ciertas personas pueden ser susceptibles de padecer síndrome del corazón roto: "Aunque realmente no es por un tapón de las arterias coronarias, un estilo de vida inapropiado y con más factores de riesgo -obesidad, alcohol, tabaquismo, tensión alta, colesterol- incide en que ese corazón no esté sano y protegido ante alguna situación de estrés que podamos tener".
Una gestión del estrés en la que la cardióloga hace hincapié: "Como el desencadenante es un episodio de estrés o un disgusto muy grande, tendríamos que intentar manejar esas situaciones de la mejor forma posible y con menos aprensión para que nuestro corazón no se dañe". Así, reconocer y controlar el estrés en la vida y evitar que se vuelva crónico es seguramente la pauta de prevención más importante a la hora de evitar un posible caso de síndrome del corazón roto.
Entre lo clínico y lo romántico
"Si no se rompe, ¿cómo logrará abrirse tu corazón?", dijo el poeta libanés Khalil Gibran. Y cuánta razón se esconde en esta frase de simple belleza: por curioso y contradictorio que parezca, el arte de amar es también el arte de sufrir, y tan pronto como la esperanza se torna en desasosiego, se posa ante nuestra vista unos nuevos ojos que nos quitan el sueño.
Amor, corazón, sufrimiento... Al hablar de sufrir en términos del corazón rápidamente viene a la mente la sombría presencia del desamor, pero la angustia amorosa no es la única capaz de acongojar al corazón. Porque las entrañas no solo se revuelven por la ausencia del amado, de la amada: también ama el hijo a la madre, el niño a su perro y el amigo a su compañero; como también sufre la madre cuando el hijo llega tarde a casa, cuando el perro ve a su dueño salir de casa y cuando el compañero ve que ese amigo que se sentaba a su lado ahora está lejos. "Un mundo totalmente vivo tiene la fuerza de un infierno", decía Clarice Lispector.
Para amar hay que experimentar, arriesgarse al vacío, aunque el pago sea el de que se nos rompa el corazón. Porque en la enfermedad está la medicina y el mismo brebaje que es capaz de envenenar es también el elixir sanador. Porque amar es vivir, es descubrir un mundo nuevo, es despertar del vacío y renacer, es caminar sin que haya un camino. Y como reza el Demian de Hermann Hesse: "El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas".
Quizás todo esto del corazón roto suene demasiado poético, propio de historias de la gran pantalla, algo que solo afecta a románticos y soñadores. Pero no, el síndrome del corazón roto no es una leyenda de cuentos medievales, sino un problema de salud real que va más allá de lo emocional y del que algunos incluso han llegado a morir.
Se trata de la máxima tragedia romántica: morir de amor. Pero este síndrome del corazón roto no es el mismo que llevó a Hero a lanzarse a las olas para acompañar el mismo final que el cuerpo sin vida de Leandro tendido en la arena; ni el que empujó a Melibea a seguir esos mismos pasos y saltar desde aquella alta torre ante la mirada impotente de su padre. Ellas tenían el corazón roto, pero no el síndrome del corazón roto. De hecho, la causa de esta afección ni siquiera ha de ser el amor, sino que basta con el impacto de una fuerte emoción externa, como es el caso de la ninfa Cíane: Ovidio nos contó que la impotencia por no poder evitar el rapto de Perséfone por Hades llevó a Cíane a cargar "silenciosa en su corazón una herida inconsolable" y a "derretirse en agua".
Pero si ha de haber un protagonista para esta historia, ese debería ser el profesor Rath de 'El ángel azul' y su triste final: cuando, tras haber sacrificado su mundo y haber vivido la más humillante degradación moral, descubre que la vida junto a la cabaretera Dietrich no es más que una ilusión, a Rath se le 'parte' el corazón, tanto romántica como clínicamente.
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