Si nos atenemos a los estudios sociológicos sobre este tema, en la infidelidad parece que las oportunidades no escasean, ya que ha ido en aumento en las últimas décadas, como ya hablamos recientemente en el caso de la infidelidad de las mujeres, pero, además, se habla de que la infidelidad en los hombres supera el 50% en las parejas. La percepción de que en la sociedad española existe una actitud crítica a aventuras extramatrimoniales no evita que caigamos en la tentación.
Estamos hablando de la infidelidad como ruptura del compromiso, como traición a la promesa de lealtad sentimental contraída por los miembros de la pareja, de amarse uno al otro exclusivamente.
Cuando pensamos en por qué nuestra pareja nos puede ser infiel con otra mujer, todos hemos leído razones como que para ellos es algo sexual, sin connotación sentimental o que lo que los lleva a tener un affaire es por sentirse aburridos por falta de variedad o por sentirse confundidos en la relación de pareja. Lo cierto es que numerosos estudios avalan esto, ya que desvelan que la razón sexual, el placer, es el motivo mayormente aducido entre los varones para cometer una infidelidad. Tradicionalmente, incluso, se ha producido una permisividad y aceptación velada o abierta hacia estos comportamientos en las distintas culturas.
"Mi consejo particular es que a mayor calidad de las relaciones, menor posibilidad de infidelidad"
Sin embargo, a lo largo de los años en mi consulta, he notado una variación en los motivos por los que un hombre puede buscar una relación extraconyugal. Aunque es verdad que sigue habiendo una mayoría de personas que buscan el desahogo sexual, ya que su pareja en eso no les complace pero serían incapaces de romper la relación con ella porque la siguen amando, en la última década va incrementándose el hecho de que también buscan un apoyo emocional y un reconocimiento a nivel humano que sí hace peligrar la relación.
Por ejemplo, este caso es particularmente llamativo en parejas que están buscando y no consiguen tener un hijo, donde la apetencia sexual se va perdiendo por la rutina impuesta para la concepción. Llega un momento que, a pesar del embarazo, la pareja se rompe y esto pasa en un porcentaje muy alto. También ocurre con determinadas prácticas sexuales en otros tiempos reprimidas, pero ahora visibles a través de las redes sociales (dogging, sadomasoquismo…) que hace que se busquen iguales en la práctica y ahí también se establecen vínculos emocionales de comprensión y de empatía que en la pareja no se encuentran.
"Las infidelidades no tienen por qué ser el final, sino que pueden ser un punto de inflexión para reflexionar, mejorar y reforzar el amor que tenemos"
¿Y si la infidelidad en los hombres tuviera una base genética? Ciertas investigaciones científicas nos hablan de un gen, el alelo 334, que es el receptor de la arginina vasopresina, una hormona básica presente en el cerebro de la mayoría de los mamíferos y que gestiona el comportamiento social en muchos animales, incluidos el hombre. Parece que los hombres dotados con una variante de este gen “tienen lazos menos fuertes” con sus parejas y son más proclives a fracasar en sus relaciones.
¿Cómo saber que tu pareja te es infiel?
También la mentalidad de las parejas ha cambiado mucho hacia las infidelidades y la forma de tomarse las relaciones. El problema es cuando una de las dos personas se encuentra en un engaño. Aunque muchas veces cueste o no se quiera ver, hay síntomas muy claros que nos pueden conducir a descubrir que nuestra pareja nos está siendo infiel.
6 señales de infidelidad:
.- Señales visibles (manchas en la ropa, olor de perfume,…)
.- Cambios en las costumbres diarias (mira el móvil a la noche, se pasa horas en el ordenador…)
.- Ponerse a la defensiva cuando se le pregunta sobre algo en otro momento normal sobre su tiempo fuera de casa o esos nuevos hábitos.
.- Desea ir solo cuando antes iba contigo o no iba
.- El trabajo le absorbe de repente muchas horas y tiene frecuentes cambios de horarios
.- De repente le importa su aspecto físico mucho más de lo habitual.
En cualquier caso, más allá de obsesionarse por detectar señales o elucubrar sobre la base genética, mi consejo particular es que a mayor calidad de las relaciones, menor posibilidad de infidelidad. Cuidemos la relación en todos sus aspectos: no hay que olvidar que muchas veces las infidelidades no tienen por qué ser el final, sino que pueden ser un punto de inflexión para reflexionar, mejorar y reforzar el amor que tenemos.
Alicia López Losantos, psicóloga y coach.