Alcohol
Las enfermedades que genera el alcohol y las mejoras que experimentas después de un mes de abstinencia
El consumo de alcohol afecta principalmente al hígado, pero también repercute en el corazón, el cerebro, el páncreas y el tracto intestinal.
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El alcohol es una de las drogas más comunes y aceptadas por la sociedad. Sin embargo, parece obviarse los grandes riesgos que acarrea a nuestra salud, perjudicando al organismo de muchas maneras.
Los efectos más graves y extendidos del alcohol afectan al hígado, lugar en el que esta sustancia se descompone. Además, afecta a otros órganos vitales como el corazón, el páncreas, el cerebro y, finalmente, el tracto gastrointestinal. Las secuelas generadas son muy variadas y suelen depender del tiempo que el alcohol permanece en el organismo y de la cantidad ingerida.
Paul Thomes, investigador de la Universidad de Auburn, explicó que "los niveles de alcohol en sangre son un factor importante que daña los órganos". El investigador, cuyo trabajo se centra en el mecanismo del daño orgánico inducido por el alcohol, informó acerca de que el proceso de descomposición del alcohol en el hígado convierte el alcohol en una forma menos tóxica para eliminarlo del cuerpo.
Sin embargo, durante este proceso, el alcohol se convierte en un primer momento en acetaldehído, una sustancia muy tóxica y carcinógena. Si la descomposición del acetaldehído se retrasa o interrumpe puede acumularse y dañar el organismo. Esta situación se puede dar por consecuencia de altos niveles de alcohol en sangre o medicamentos que afectan el metabolismo hepático.
El consumo crónico de alcohol, y su afectación a diversos órganos, genera riesgos a largo plazo, tales como hipertensión, enfermedades cardiacas, enfermedades hepáticas y un mayor riesgo de cáncer. A su vez, debilita el sistema inmunológico y afecta a el cerebro.
¿Qué ocurre cuando dejas el alcohol?
Cuando se deja el alcohol, el cuerpo comienza a recuperarse rápidamente. Carrie Mintz, psiquiatra de la Universidad de Washington, menciona que incluso en las personas que beben esporádicamente, es posible notar mejoras en la salud después de solo un mes de abstinencia.
El hígado, por ejemplo, puede comenzar a revertir el daño causado en las primeras fases de la enfermedad hepática alcohólica, que incluyen acumulación de grasa, inflamación crónica y cicatrización.
Según Thomes, el hígado tiene una gran capacidad regenerativa, y los primeros tres estadios de daño hepático pueden mejorar con la abstinencia. Sin embargo, en casos de cirrosis avanzada, aunque la progresión de la enfermedad puede detenerse, no se puede revertir completamente.
Dejar el alcohol también puede traer otros beneficios, como mejoras en la presión arterial, la resistencia a la insulina y el peso, además de un sueño y estado de ánimo más saludables.
Además, a largo plazo, se ha demostrado que el alcohol afecta negativamente el microbioma intestinal, y aunque algunos de estos efectos pueden revertirse tras un mes sin beber, el daño intestinal puede tardar más en restaurarse.
Abstenerse del alcohol durante un periodo de tiempo también proporciona una oportunidad para reflexionar sobre los efectos del consumo en la salud, ayudando a identificar posibles problemas relacionados con el alcohol, como la ansiedad o la depresión, que algunas personas pueden intentar automedicar con el alcohol. Según Steven Tate, médico de Stanford, este periodo de abstinencia puede ser revelador y permitir a las personas comprender mejor su relación con el alcohol.
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