1.- ¿Hay algunos datos especiales respecto a los conductores mayores?
La mitad de los accidentes de tráfico con implicación de conductores mayores se relaciona con defectos de la visión. Según estimaciones de la Seguridad Vial de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) el riesgo de colisión de los vehículos conducidos por mayores de 65 años se eleva hasta al máximo si estos conductores tienen catarata, glaucoma, retinopatía diabética o Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), una situación habitual en estos casos.
Los datos son significativos. El 68 por ciento de los conductores tiene algún problema de visión y no hace nada para solucionarlo, y el 28 por ciento no se revisa la vista desde hace más de un año y el 10 por ciento sólo lo hace cuando le toca el reconocimiento médico. Aplicando criterios mínimos de niveles de aptitud en visión nocturna (mesópica) hasta un 16.6 por ciento de conductores serían no APTO.
Hay que felicitar a dos oftalmólogos vallisoletanos que dedican su trabajo diario a este campo y que fueron premiados por ello en los Premios Científicos de la Fundación AMA que preside el Dr. Diego Murillo, Miguel José Maldonado López por su trabajo “Análisis de Factores Predictores de la Anticipación visual en la conducción nocturna real” y
Francisco Javier Álvarez González, por su trabajo “Los Profesionales Sanitarios y la Prevención de las Lesiones de Tráfico, su intervención en relación a: Enfermedad/aptitud para conducir, drogas, alcohol y medicamentos”.
2.- Es lógico pensar entonces en peligro también los peatones por los problemas de visión de los conductores...
Los peatones también tienen especial riesgo al cruzarse frente a un conductor con glaucoma ya que no se percibe su aproximación desde la acera, lo ven cuando ya está delante. En 2011 los atropellos a peatones ocasionaron algo más de 10.000 víctimas, según la Dirección General de Tráfico (DGT), de las cuales 367 perdieron la vida y más de 1.800 resultaron heridas de carácter grave. El 90 por ciento tuvieron lugar de día y con condiciones atmosféricas favorables.
La DGT señala al glaucoma como uno de los factores más influyentes en el campo de visión y destaca que, en condiciones atmosféricas adversas, como lluvia o niebla, esta disminución de la capacidad visual supone un alto riesgo para la conducción. Una persona con glaucoma puede, sin saberlo, tener un mayor riesgo de accidentes al volante.
Los actuales test psicotécnicos para el permiso de conducir no miden el campo visual, por lo que una persona con glaucoma puede ser calificada como apta para conducir aunque sólo vea como a través de una cerradura.
El glaucoma y la pérdida de campo de visión que origina están asociados a una mayor probabilidad de dejar de conducir y una mayor limitación de la conducción en personas mayores.
3.- ¿Qué conclusiones podemos sacar de estos estudios?
Se trata de una acto de responsabilidad colectiva en el que ha puesto acento la Fundación AMA que ante los datos procedentes de la oftalmología y de la DGT ha querido trasladar al conjunto de los ciudadanos la necesidad de que los sanitarios trabajen juntos para prevenir aquellos accidentes de tráfico que están en relación con los problemas visuales.
Una Fundación que procede de la Aseguradora AMA de las profesiones sanitarias hace posible así que los propios profesionales se conviertan en intermediarios de este problema ante el conjunto de la sociedad. Y no solo los del ámbito de la oftalmología sino también incluso los ópticos.