El envase neutro del tabaco ayuda a disuadir su consumo en adolescentes y mujeres

Una investigación en la que participa la Universidad de Granada ha demostrado que el envase neutro del tabaco ayuda a disuadir de su consumo entre adolescentes y mujeres, aunque resulta menos efectivo en personas fumadoras.

Este estudio, en el que ha participado un investigador de la Universidad de Granada y que publica la revista Gaceta Sanitaria, ha revisado los potenciales efectos que produce el envase neutro sobre diversos aspectos relacionados con la conducta de fumar.

La revisión de datos se ha realizado después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendara en 2008 utilizar envases neutros en los productos de tabaco como parte de una estrategia amplia de control del tabaquismo que incluía, entre otras, medidas de precios, campañas sanitarias y ayudas a los fumadores que quieran dejarlo.

Tras la progresiva prohibición de la publicidad y patrocinio de los productos del tabaco, el envase se ha convertido en el centro de la estrategia de venta de la industria tabaquera y su neutralidad busca eliminar de las cajetillas los aspectos atractivos y promocionales.

Australia fue el primer país que implementó el envase neutro en los productos de tabaco en 2012 y exigió que las cajetillas dedicaran incrementaran del 30 al 75% el espacio que dedican a las advertencias sanitarias.

Los investigadores, pertenecientes a las universidades de Granada, Zaragoza y Cádiz, han analizado la efectividad de esta medida entre la población y en distintos grupos de fumadores y han determinado que el envase neutro reduce el atractivo y produce una valoración más negativa de los cigarrillos. "Los estudios realizados en Australia tras la implantación parecen confirmar los hallazgos de investigaciones previas", ha explicado uno de los coautores del estudio, el investigador del departamento de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Granada Juan Miguel Rey Pino.

Estudios recientes han sugerido que el envase neutro constituiría una herramienta importante para disminuir el consumo entre adolescentes y mujeres, al ser poblaciones muy susceptibles a los mensajes elaborados por la industria tabaquera. Por el contrario, en las personas fumadoras resultaría menos efectivo, debido a las propiedades adictivas de la nicotina y a otros factores relacionados con la conducta de fumar.