Un equipo de científicos británicos encontró el gen que decide que una persona engorde o no.
La clave está en el ADN heredado. Desde hace años se conocen muchos genes que intervienen en la obesidad de las personas, no obstante, su funcionamiento era una incógnita.
Es algo parecido a una cerradura que abre o cierra la puerta de la acumulación de grasa corporal y que funciona como un 'interruptor' genético.
Este gen decide qué hace el cuerpo con el exceso de energía. Cuando ese interruptor se enciende nuestro organismo convierte el sobrante energético en grasa que se almacena. Es decir se engorda. Si el interruptor se apaga, la energía extra se gasta en forma de calor, la termogénesis. Se quema y por lo tanto no se engorda.
Sin embargo, lo más importante es que ya existe la tecnología que permite intervenir en ese 'interruptor' y hacer cambios en el ADN para modificar las órdenes que reciben las células para que en vez de guardar la grasa, las convierta en calor.
La técnica, probada con éxito en humanos, abre un nuevo camino en la lucha contra la obesidad.
Este descubrimiento podría afectar a más de 50 millones de personas según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y serviría para reducir las casi 3 millones de muertos que el exceso de peso producen en el mundo cada año.