Radar COVID

El fracaso de 'Radar COVID', la aplicación que solo ha notificado 74.000 contagios de COVID-19 en un año

En los últimos 365 días, España ha notificado unos 4 millones de positivos en COVID-19. A la vista de las estadísticas, la aplicación no ha conseguido cuajar entre los españoles.

El fracaso de 'Radar COVID', la aplicación que solo ha notificado 74.000 contagios de COVID-19 en un año

El fracaso de 'Radar COVID', la aplicación que solo ha notificado 74.000 contagios de COVID-19 en un añoEFE

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El uso de las nuevas tecnologías llega tarde o temprano a todas las instituciones de la sociedad. Es la manera de acercarse al mayor número posible de ciudadanos. Sin embargo, pese a los intentos, a veces las cosas no salen como uno quiere o espera y algunas aplicaciones móviles resultan ser todo un fracaso. Es lo que ha ocurrido con 'Radar COVID', la herramienta que España puso en marcha cinco meses después del inicio de la pandemia del coronavirus para intentar rastrear positivos en COVID-19 de una forma más ágil y cómoda para todos.

Al menos, esa era su intención. Pero, a la vista de los datos recopilados desde hace un año, en la práctica la aplicación móvil ha pasado desapercibida en España. Solo ha notificado 74.280 casos de coronavirus desde el pasado 19 de agosto de los más de cuatro millones de contagios de COVID-19 que se han producido en estos últimos 365 días.

Falta de compromiso

Lo cierto es que esta herramienta móvil necesitaba del compromiso ciudadano para conseguir el éxito. En primer lugar, porque debía ser el contagiado en COVID-19 el que marcase la opción de 'positivo' en la aplicación una vez confirmado por las autoridades. Si este primer paso no se daba, evidentemente no se registraba, por lo que uno de los fallos ya venía advirtiéndose nada más abrir 'Radar COVID' en nuestros móviles.

Además, la falta de costumbre en el uso de este tipo de aplicaciones para cuestiones de salud, aunque cada vez son más los centros que ponen a disposición de los ciudadanos este tipo de herramientas, y el miedo a que ciertos datos personales saliesen a la luz, también supusieron otros dos factores que parecían anunciar el chasco de la aplicación apenas unas semanas más tarde de su puesta en marcha. De nada sirvió a las autoridades insistir en que la "privacidad estaba asegurada".

Exigencias técnicas de la aplicación

Por otra parte, 'Radar COVID' exige al usuario mantener activado el bluetooth del dispositivo desde el que se esté utilizando encendido todo el tiempo. Rastrear positivos en coronavirus 24 horas al día salía caro a la batería de nuestros teléfonos, así que otros tantos decidieron apagarlo o directamente deshacerse de la descarga de la 'app'.

Fallos desde el primer momento en 'Radar COVID' (la aplicación estuvo sin funcionar durante al menos dos o tres semanas) se sumaron a esa sensación de inutilidad que tuvieron muchos usuarios. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, admitió que estaba dando problemas. Y así ha sido ya que en un año tan solo se ha descargado 7.666.168 de veces.

Por si no fuese suficiente, estas descargas tan siquiera son el número real de personas que lo han descargado, sino la cantidad de veces que alguien se ha metido a bajar la aplicación. Es decir, puede ser que un mismo usuario lo descargase una primera vez, después haberla borrado y más tarde, haber vuelto a confiar. En España somos unos 47 millones de ciudadanos, por lo que- aproximadamente- el alcance de 'Radar COVID' no ha llegado ni al 19 % de la población.

Un millón y medio de euros obsoletos

Por otra parte, para que 'Radar COVID' funcionase bien, las comunidades autónomas de España debían colaborar entre ellas. No solo la responsabilidad del ciudadano era clave para la efectividad de 'Radar COVID', que ya era una importante barrera que se asumió, sino que los diferentes territorios españoles debían estar a la altura para conseguir crear esa gran red de positivos. Como si se tratase de un spoiler, las comunidades no lo consiguieron.

Asique, finalmente, mientras que la empresa que obtuvo la adjudicación de la aplicación se gastó 2 millones y medio de euros, al Gobierno le ha costado un millón y medio - que es lo que se invirtió en publicidad- una herramienta que, a día de hoy, se ha convertido en la gran olvidada de la pantalla de nuestros teléfonos móviles.

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