El Hospital de A Coruña trasplanta el primer hígado preservado mediante un dispositivo que le permite 'sobrevivir'

Todos tenemos en mente las imágenes de las películas en las que los doctores corren con una nevera llena de hielo y un órgano en su interior que le salvará la vida a alguien. Pues quitando toda la parafernalia cinematográfica, la realidad no dista demasiado de esto.

Hasta ahora un hígado que iba a ser trasplantado se mantenía en hielo. "Es el mismo funcionamiento que en una pescadería donde se pone el pescado sobre hielo para enlentecer el metabolismo, y así conseguir que los órganos aguanten viables”, explica de manera muy gráfica el doctor Ignacio Rivas, uno de los que han intervenido en este trasplante.

Ahora, con esta máquina de perfusión, lo que se consigue es mejorar las condiciones de conservación y con ello la calidad de los órganos. ”Inicialmente para trasplante se utilizaban órganos de personas muy jóvenes y sanas y cualquier cosa por encima de eso se descartaba”, cuenta el doctor. “Pero ante el incremento de la demanda se han ampliado estos criterios y se utilizan órganos igual de válidos pero para los que cualquier cambio supone un sufrimiento sea mayor”. Y ahí es donde este mecanismo juega un papel fundamental.

Lo que se hace es introducir el órgano en estas máquinas que lo mantienen a baja temperatura con una perfusión continua y recibiendo oxígeno constantemente. El doctor Rivas asegura que los resultados están siendo muy satisfactorios. “Está demostrado que esos órganos que son dudosos de principio mejoran sus características y así se intentan evitar las complicaciones posteriores o minimizar los riesgos”, afirma.

El paciente que ha recibido el primer hígado conservado con este dispositivo en A Coruña es un hombre de 62 años que evoluciona ya favorablemente.