Investigadores gallegos utilizan la Inteligencia Artificial para avanzar en la cura del vértigo persistente

El origen de esta patología se encuentra en el oído. Concretamente en el oído interno, que cuenta con tres canales que son los responsables de la orientación y que contribuyen al equilibrio. Los vértigos se producen cuando las partículas de calcio que tenemos en el oído se desprenden de su lugar habitual y acaban en estos canales. Lo que hacen es alterar el movimiento del líquido llamado endolinfático y de esta manera envían al cerebro información contradictoria. La persona tiene la sensación de que todo se mueve a su alrededor o incluso de estar cayendo. Digamos que pierde el equilibrio, una sensación que, claramente, dificulta el desarrollo de cualquier actividad.

El proyecto que hoy conocemos lo coordina Alberto Pérez Muñuzuri, junto a Ismael Arán Tapia, ambos de la Facultad de Física de la Universidad de Santiago. Lo hacen dentro del llamado Centro de Investigación y Tecnología Matemática de Galicia (CITMAga), impulsado por las tres universidades gallegas. Ellos y sus equipos trabajan en la búsqueda de un tratamiento personalizado que pueda ayudar a los pacientes que presentan este tipo de vértigo persistente.

Después de la teoría llega la práctica. Los ensayos clínicos con personas afectadas se están realizando ya en los servicios de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), del Lucus Augusti (HULA), y del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHUP). Un trabajo en equipo, como suele ocurrir en la investigación, en el que cada parte es fundamental para alcanzar el objetivo.

Oídos con una geometría particular

El objetivo en este caso podríamos decir que pasa por sacar esas bolitas de calcio del laberinto. "El problema surge en el caso de las personas que tienen una geometría particular en los canales del oído, de manera que las maniobras habituales que se emplean para pacientes con vértigo no funcionan para ellas", explica Muñuzuri.

Aquí en donde entra en juego la inteligencia artificial y el machine learning. Para resolver los problemas de los oídos típicos se hace una resonancia magnética, y a partir de ella, empleando técnicas avanzadas de procesado de imágenes, se obtiene una imagen en 3D de la geometría de los canales interiores del oído. "De ahí extraemos la información necesaria que nos permite desarrollar algoritmos basados en inteligencia artificial y machine learning, con el fin de simular la dinámica del líquido endolinfático y su interacción con las partículas de calcio desprendidas, responsables del vértigo", explica el investigador del CITMAga.

Digamos que lo que ha hecho este equipo es desarrollar una herramienta que permite reconstruir el canal por donde se mueve el fluido, y en un segundo paso, incluir en esa herramienta las ecuaciones matemáticas del movimiento del fluido y de las partículas (bolitas) para poder aplicar tratamientos personalizados a estos pacientes.

Un sillón especial para trabajar

Para poder realizar este trabajo, el grupo de investigación dispone de un sillón especial, fácil de girar, de manera que los médicos pueden poner al paciente en la dirección deseada. "Esta silla nos permiten seguir las indicaciones proporcionadas por las simulaciones con gran precisión. Además, gracias a unas gafas especiales, podemos ver si el tratamiento se está aplicando correctamente", indican.

"Resulta muy gratificante ayudar a personas que padecen un problema tan incapacitante, ya que cualquier movimiento de la cabeza puede producirles mareos, con el cual no pueden conducir, trabajar ni estar solos, porque se pueden caer", explica el profesor de la USC.

Ahora están buscando ya la colaboración de centros hospitalarios de otros puntos de España y del norte de Portugal, ya que la tecnología podría aplicarse también a otros fluidos y patologías.

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