Menopausia
Llega la menopausia, ¿qué puedo hacer? La ginecóloga Raquel Carracedo nos explica cómo enfrentarse a esta fase de forma saludable
Es una etapa natural más en la vida de la mujer, pero enfrentarse a la menopausia, al final de sus años reproductivos por la interrupción definitiva del período menstrual, todavía genera dudas, miedos e incluso falsas creencias que hoy queremos erradicar. Cada cuerpo femenino responde de forma diferente a los primeros cambios, que pueden comenzar ya a los 45 años. Para estar preparadas, lo mejor es asesorarnos con información contrastada.
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"No todas las mujeres tienen los mismos síntomas asociados a la menopausia. Hay mujeres asintomáticas y otras con múltiples síntomas que convierten la menopausia en una verdadera enfermedad", explica la Dra. Raquel Carracedo de 'The Women's Clinic' en Santiago de Compostela . Estos síntomas pueden incluir sofocos, sequedad vaginal, trastornos del sueño, aumento de peso, alteraciones del estado de ánimo y más.
Para medir la intensidad de estas manifestaciones, la experta señala la utilidad de la escala Cervantes, una herramienta que permite evaluar la gravedad en distintas áreas afectadas, como la calidad del sueño, las relaciones sexuales o los cambios físicos. "Una puntuación alta puede indicar la necesidad de un tratamiento", añade.
El papel del tratamiento hormonal
Uno de los enfoques más discutidos para manejar los síntomas menopáusicos es el tratamiento hormonal sustitutivo (THS). Según la Dra. Carracedo, este tratamiento ha avanzado significativamente en los últimos años.
"El tratamiento hormonal sustitutivo se utiliza mucho hoy en día para tratar los síntomas menopáusicos. Las hormonas que se emplean son casi bioidénticas, prácticamente iguales a las que fabricamos de forma natural en nuestros ovarios". Con este enfoque, se puede abordar problemas como sofocos, insomnio, depresión, cansancio o debilidad muscular, entre otros.
Es importante recalcar que el uso de este tratamiento debe ser siempre supervisado por un especialista para valorar riesgos y beneficios según el historial médico de cada mujer.
Estilo de vida: la primera línea de defensa
Más allá de los tratamientos médicos, adoptar hábitos saludables es esencial para minimizar el impacto de la menopausia. "Hay que normalizar la menopausia, entendiendo que, al cesar la función ovárica, va a caer la producción de estrógenos, hormonas indispensables para el mantenimiento de determinadas funciones femeninas", señala la ginecóloga.
Entre las recomendaciones destacan las siguientes:
•Alimentación antiinflamatoria, rica en frutas, verduras, pescados grasos y frutos secos.
•Ejercicio físico aeróbico y de fuerza, clave para mantener la masa muscular y la salud cardiovascular.
•Gestión del estrés, mediante paseos en la naturaleza y prácticas como yoga, pilates o meditación.
•Higiene del sueño, para asegurar un descanso reparador.
Opciones naturales y regenerativas
Para aquellas mujeres que prefieren evitar el tratamiento hormonal o tienen síntomas leves, la Dra. Carracedo destaca alternativas naturales: "Existen fármacos naturales con componentes como soja y lúpulo que pueden actuar ante síntomas leves".
En casos más avanzados, la ginecología regenerativa emerge como una opción innovadora. "Con terapias físicas y moleculares, podemos revitalizar tejidos, aumentar el grosor de las mucosas y devolver a la piel su elasticidad y resistencia", explica.
Hacia una convivencia armónica con la menopausia
Erradicar el miedo y los prejuicios sobre la menopausia es fundamental para que las mujeres enfrenten esta etapa con serenidad y confianza. La clave está en reconocer las necesidades individuales y buscar soluciones personalizadas, desde un estilo de vida saludable hasta tratamientos médicos o naturales.
Tal como concluye la Dra. Carracedo, "con la terapia adecuada es posible convivir con la menopausia de forma natural y plena".
Salud y bienestar
La apuesta debe pasar por convivir con la menopausia sin temor, aplicando a cada mujer la terapia más adecuada a sus necesidades. Existen alternativas naturales que pueden actuar ante síntomas leves hasta el tratamiento hormonal sustitutivo, con beneficios probados y bajo riesgo de efectos secundarios. El común denominador en cualquier caso es que no se debe renunciar a mantener las funciones y la calidad de vida anteriores al déficit estrogénico. La menopausia de hecho forma parte del trayecto vital y merece vivirse con salud y bienestar.
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