En la II edición de '¿Hay ya vacuna? El reto
de 2021’', un debate online organizado por la Fundación Alternativas, la viróloga e inmunóloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Margarita del Val ha explicado que hay mucha formas de elaborar vacunas de cara a combatir el coronavirus. "Ahora se están utilizando en el mundo todo tipo de tecnologías para fabricar vacunas que ya se habían empleado y algunas nuevas".
En su opinión, "las que más conocemos son las que van más rápidas en producir la vacuna, pero no necesariamente son las más completas", aclara. Las tres vacunas son novedosas porque no hay ninguna vacuna comercializada a gran escala elaborada con estas tecnologías.
"En esta situación de pandemia tan tremenda van a ser necesarias vacunas distintas y que cuando una se atasque o falle, se va a necesitar otra"
El tipo de conservación que pueden tener unas u otras es también es importante y algo que se debe tener muy en cuenta, según Margarita del Val. "La de ADN no es muy complicada, es otro acido nucleico y tiene una ventaja tremenda, que es estable a temperatura ambiente y que ya se sabe cómo fabricarla a gran escala", explica.
Más de una proteína
Cada una tiene su ventaja. "Las vacunas que están basadas en proteínas, que están entre las siete que están más adelantadas aunque no sean las primeras, probablemente solo induzcan en las personas vacunadas una respuesta de anticuerpos, mientras que lo importante es que produzcan una buena respuesta de inmunidad celular", opina. En su opinión, es importante que las vacunas enseñen al organismo vacunado a reconocer las partículas virales, a eliminarlas con anticuerpos, a reconocer las células infectadas y eliminarlas con la inmunidad celular porque así se conseguirá atacar al virus desde todos los lados". Además apunta a que si se puede poner más de una proteína será mejor, que es el caso del prototipo de vacuna de Luis Enjuanes.
"Son vacunas muy diferentes entre sí y que tienen cada una algo que contribuir"
Margarita del Val considera que son vacunas muy diferentes entre sí y que tienen cada una algo que contribuir y hay que pensar que varias vacunas que ya están en uso para otras enfermedades de antes de la pandemia de coronavirus, no es raro que se haya pasado por vacunas de primera y segunda generación y que se vayan mejorando con el tiempo.
Del Val recordó que “nunca se ha conseguido una vacuna del 100% de eficacia, y con una del 50% habría que vacunar a casi toda la población para conseguir un efecto de inmunidad colectiva. Todo dependerá de la efectividad real sobre la población, y de si la vacuna es esterilizante y evita el contagio o si no lo es, y de si protege de los síntomas, hospitalización y muerte. Cuando tengamos información de todas estas variables en una publicación científica, y no en una nota de prensa para inversores, y las agencias del medicamento puedan evaluar los datos, se podrá estimar (el grado de eficacia de una vacuna). Y hay que recordar que el que no se vacuna es el primero que se queda desprotegido”.
"En esta situación de pandemia tan tremenda van a ser necesarias varias vacunas, posiblemente con tecnologías distintas, y que cuando una se atasque o falle se va a necesitar otra y en este sentido es una oportunidad para que el CSIC intente contribuir desde la ciencia española", concluía la investigadora Margarita del Val.