ELA

El medicamento contra el párkinson que podría frenar el avance de la ELA

El fármaco, usado hasta ahora para mitigar los síntomas del párkinson, podría ralentizar la progresión de la ELA, una enfermedad por ahora sin cura.

Imagen de fármacos

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La ELA es la tercera enfermedad neurodegenerativa en España: en la actualidad afecta a más de 3.000 personas en nuestro país y, según el Hospital La Paz de Madrid, cada día se diagnostican tres nuevos casos. En la actualidad no tiene cura y los tratamientos actuales se centran en reducir sus síntomas: debilidad en las manos, dificultad para hablar o debilidad en las piernas que impiden a los enfermos hacer una vida normal.

El motivo de estos síntomas se debe a la degeneración de las neuronas motoras, de manera progresiva, en la corteza cerebral, el tronco del encéfalo y la médula espinal. Esto hace que los pacientes diagnosticados pierdan por completo el control de sus músculos.

Ahora, tras años de investigación, un estudio realizado por varios investigadores japoneses pone la mirada en un fármaco utilizado ahora ahora para el párkinson. En un ensayo clínico con pacientes de ELA esporádica, no familiar, ha quedado probado que este medicamento podría retrasar más de 6 meses el avance de la esclerosis lateral amiotrófica.

El investigador que encabeza este estudio clínico, Hideyuki Okano, ha asegurado que "potencialmente tiene algún efecto terapéutico" pero que "son necesarios más estudios" para confirmar su completa eficacia. En este sentido, Okano ha asegurado que se planea ya un ensayo de fase 3.

La esperanza centrada en 'Ropinirol'

Este fármaco, Ropinirol, no solo podría frenar esos síntomas más incapacitantes, como la inmovilidad, sino que podría aumentar la supervivencia de los diagnosticados con ELA.

El ensayo, tal y como explican los investigadores, fue "doble ciego" durante las 24 semanas. ¿Qué significa esto? Que tanto pacientes como médicos no eran conscientes de quién recibía o no el medicamento contra el párkinson. A partir de esas semanas, se volvió a administrar el fármaco a todos los pacientes que desearon continuar.

Además, para determinar si el Ropinirol era lo suficientemente eficaz como para frenar el avance de la enfermedad, se supervisaron una serie de medidas durante este ensayo clínico y a las 4 semanas de finalizar. Como conclusión, los pacientes que decidieron seguir adelante con la investigación eran más activos físicamente que los del grupo placebo. Además, mostraban un deterioro mucho menor de la fuerza muscular o la función pulmonar.

Por otro lado, también quedaba demostrado que las personas del 'grupo placebo' que, a mitad del ensayo, empezaron a tomar Ropirinol no notaron apenas mejoría en el desarrollo de la ELA.

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