Leucemia
Una mujer lleva a su bebé al médico por un resfriado y descubre que tiene cáncer
Un mes antes del diagnóstico, los padres de la pequeña pensaban que tenía una enfermedad infecciosa
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"Sentí que el mundo se había detenido. Con Billie acostada en mi regazo, lloré en silencio", explica Freyja. La mujer llevó a su hija, de un año, al médico cuando le detectaron cáncer. Los hechos ocurrieron en Reino Unido.
Un mes antes del diagnóstico, los padres de la pequeña pensaban que tenía una enfermedad infecciosa. Al llevarla a urgencias, los médicos dijeron que tenía gastroenteritis. Sin embargo, seguía empeorando y comenzó a tener fiebre y síntomas parecidos a los de un resfriado, por lo que decidieron volver a urgencias.
En Urgencias le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda (LLA) tras realizarle un hemograma. "Fue devastador", asegura en 'Metro'. "Tras el diagnóstico, tuve que dejar mi trabajo como facilitadora de investigación en el Royal Hallamshire Hospital de Sheffield para cuidar de Billie las 24 horas del día", añadió.
La pequeña recibió un fuerte tratamiento de quimioterapia que "paralizó sus cuerdas vocales" y "limitó sus vías respiratorias". Como resultado, le colocaron una traqueotomía para poder respirar.
"Todavía puede comer y beber con normalidad, pero desde entonces no ha podido hablar", explica. Por ello, la mujer explica que decidieron aprender lenguaje de signos. "Billie inventó algunos", indica.
Sin embargo, el día a día de la familia sigue siendo complicado ya que su traqueotomía requiere cuidados especializados que solo los padres de la pequeña y su abuelo conocen.
¿Qué es la leucemia?
La leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que comienza en la médula ósea, el tejido blando que se encuentra en el centro de los huesos, donde se forman las células sanguíneas. La leucemia lleva a un aumento incontrolable de la cantidad de glóbulos blancos.
Las células cancerosas impiden que se produzcan glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos maduros saludables. Entonces, se pueden presentar síntomas potencialmente mortales a medida que disminuyen las células sanguíneas normales. Las células cancerosas se pueden propagar al torrente sanguíneo y a los ganglios linfáticos. También pueden viajar al cerebro y a la médula espinal y otras partes del cuerpo.
Los síntomas varían según el tipo de leucemia. Entre ellos se incluyen fiebre, fatiga persistente, debilidad, infecciones frecuentes, pérdida de peso, sangrado y formación de hematomas con facilidad, sangrado nasal, pequeñas manchas rojas en la piel, dolor en los huesos o hiperhidrosis.
El tratamiento depende de muchos factores. Entre los tratamientos frecuentes se utiliza la quimioterapia, que es la principal forma de tratamiento para la leucemia y usa sustancias químicas para matar las células de leucemia.
También está la terapia dirigida, que se enfoca en anomalías específicas presentes dentro de las células cancerosas. Al bloquear estas anomalías, los tratamientos con fármacos con diana específica pueden producir la muerte de las células cancerosas.
La radioterapia es otro de ellos, donde se utiliza rayos X u otros haces de alta energía para dañar las células de leucemia y detener su crecimiento. Por último está el trasplante de médula ósea, que ayuda a restablecer las células madre sanas al reemplazar la médula ósea enferma con células madre libres de leucemia que regenerarán la médula ósea sana.
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