Sudor
¿Es necesario sudar para perder peso? Esto dicen los expertos
El sudor no es sinónimo de pérdida de grasa, pero mantener el cuerpo activo y bien hidratado es clave para lograr objetivos saludables.
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Si has decidido incluir el ejercicio físico en tu vida, enhorabuena. Practicar deporte de forma regular es beneficioso para nuestra salud, solo se trata de adaptarlo a la edad y a las características de cada persona. Antes de empezar, os recomendamos tener claro cuál es vuestro objetivo de bienestar y buscar un asesoramiento profesional. Este es nuestro consejo para los que tengan asumido que deben sudar mucho cuando entrenan para perder peso más rápido.
El sudor no elimina grasa
El mito de que sudar más significa perder peso más rápido sigue muy extendido entre quienes buscan mejorar su forma física. Sin embargo, Patricia Barciela, divulgadora científica de la DOMUS, asegura que esta creencia está equivocada. "Es un error pensar que desprender mucho sudor al practicar ejercicio físico ayuda a adelgazar. No es así. Nuestro organismo no elimina la grasa por los poros de la piel", afirma.
El sudor, explica Barciela, está compuesto mayoritariamente por agua y electrolitos que el cuerpo expulsa para regular la temperatura interna. "El agua que se pierde a través del sudor no contribuye a la pérdida de peso ni a medio ni a largo plazo", añade.
Por lo tanto, forzar la sudoración mediante ropa inadecuada o entrenar en condiciones extremas no solo es inútil para reducir grasa corporal, sino que puede ser peligroso.
El exceso de sudoración puede conducir a la deshidratación, una condición que, en los casos más graves, puede llegar a ser mortal. Por ello, Patricia Barciela recomienda reponer los líquidos perdidos bebiendo agua durante y después de la actividad física para mantener un correcto equilibrio hídrico.
La fórmula eficaz para perder peso
Si sudar no es la clave para adelgazar, ¿qué se necesita realmente? Según Barciela, "la única fórmula mágica es una dieta ligeramente hipocalórica, combinada con actividad aeróbica que involucre a grandes grupos musculares".
Los ejercicios aeróbicos como caminar, correr, nadar o montar en bicicleta son ideales para quemar calorías y reducir el porcentaje de grasa corporal. Sin embargo, no todas las personas tienen las mismas necesidades o capacidades físicas. Por ello, una alternativa eficaz es apuntarse a un gimnasio, donde los entrenamientos pueden ser personalizados y supervisados por profesionales. Además, ofrecen una variedad de equipos y actividades, como clases dirigidas o ejercicios de fuerza, que complementan perfectamente el trabajo aeróbico y favorecen una pérdida de peso segura y sostenible.
Sea cual sea la elección, lo importante es mantener la constancia y combinar el ejercicio con una alimentación equilibrada para lograr resultados duraderos.
Hidratación y bienestar: aliados inseparables
Un aspecto que no puede descuidarse en la práctica deportiva es la hidratación. La divulgadora científica Patricia Barciela enfatiza la importancia de beber líquidos durante el ejercicio para evitar desequilibrios en el organismo. "La hidratación adecuada es esencial para rendir mejor y prevenir riesgos asociados al ejercicio, como la deshidratación severa", sostiene.
Asimismo, subraya que el ejercicio debe adaptarse a las características individuales de cada persona. Antes de comenzar una rutina, se recomienda establecer objetivos realistas y buscar asesoramiento profesional. "Practicar deporte de forma regular es beneficioso para nuestra salud; solo se trata de adaptarlo a la edad y a las características de cada persona", concluye.
Más allá de los mitos
Adoptar un enfoque informado y equilibrado es clave para aprovechar al máximo los beneficios del ejercicio físico. Romper con mitos como el de “cuanto más sudas, más adelgazas” no solo mejora la eficacia de los entrenamientos, sino que protege la salud y fomenta una relación positiva con el cuerpo. El bienestar se construye con constancia, conocimiento y hábitos sostenibles.
Así pues, podemos tomar nota. Actividad física e hidratación deben ir unidas para sacar el máximo partido. Nos permitirá reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión o diabetes y controlaremos el porcentaje de grasa corporal. Los resultados no tardarán en llegar. Los expertos calculan que los cambios empezarán a notarse en un mes aproximadamente si entrenamos al menos 40 minutos, dos o tres veces por semana.
El secreto para conseguir un cuerpo saludable ya lo sabemos. La clave ahora está en romper con el sedentarismo de la forma que nos resulte más sencilla. El resultado, sin duda merece la pena: ganaremos autoestima, bienestar y salud. Y en tan poco tiempo lo notaremos. Hay esfuerzos que, sin duda, merecen la pena.
Así que…en marcha! la fórmula ganadora "más pata y menos pico", traducido en moderación y reducción de excesos, contribuirá -sin necesidad de sudores- en nuestra felicidad.
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