Los ex-fumadores recurren a él para disfrutar de las mismas sensaciones que produce un cigarro normal: un cigarrillo electrónico para tener algo en la mano, tirar humo y encenderlo en el lugar que se desee. Sin embargo la venta de estos cigarillos electrónicos puede terminar pronto, pues en la Unión Europea ya hay un debate abierto en torno a este tema.
Algunas comunidades españolas no esperarán a una resolución y se adelantarán a la decición europea de prohibirlos. Cataluña y Andalucía ya se han proclamado a favor de prohibir su uso en en centros sanitarios y educativos.
Desde la consejería de Sanidad explican además el riesgo de la utilización de este cigariillo electrónico de moda: "Ya están empezando a usar este cigarrillo no sólo la gente que quiere dejar de fumar, sino también personas que le dan un uso de iniciación", explica la consejera de Sanidad de la Junta de Andalucía, María José Sánchez Rubio.
Algunos lo consideran un medicamento, otros un producto de consumo y así se vende: como una terapia para dejar de fumar y en la calle tiene éxito. "No perjudica a los que les rodea", "te quita el mono", "es inhalar simplemente vapor", dicen varios ciudadanos a pie de calle. Pero los neumólogosno piensan lo mismo, estos dispositivos suelen vaporizar una mezcla de nicotina y compuestos químicos y por lo tanto tienen un impacto en la salud. "Para nosotros es un producto igual de nocivo que el tabaco y tiene que estar sometido a la ley antitabaco", asegura José Miguel Rodríguez, de la Asociación Española de Neumología.