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EN BUENAS MANOS
Neumonías y cáncer ginecológico
John Fitzgerald Kennedy dijo “no te preguntes qué puede hacer Estados Unidos por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país”. Nos viene al pelo la frase dadas las circunstancias económicas. Vamos a tener que tirar de prevención y todos arrimar el hombro en la misma dirección.
Por eso, traigo a colación la eficacia de la primera y única vacuna antineumocócica conjugada, de Pfizer; y las evidencias de efectividad y seguridad de la vacuna de Sanofi Pasteur en la protección frente al Virus del Papiloma Humano (VPH) y las enfermedades asociadas.
Es cierto que son prevenciones diferentes, pero ambas dos, tanto el Prevenar como Gardasil inciden en planteamientos para la reflexión colectiva. Porque si seguimos los calendarios vacunales parece que todo viene dado desde que nuestros padres nos llevan al especialista. Sin embargo, aunque estas dos vacunas estén incorporadas a los calendarios de vacunaciones sistemáticas, con variaciones según regiones, es fundamental la indicación médica y la demanda de la ciudadanía.
Los estudios presentados en el Congreso Eurogin, que se ha celebrado recientemente en Praga, han puesto de manifiesto que la vacuna tetravalente frente al VPH está indicada para la prevención de los tipos 6, 11, 16 y 18 del VPH, los responsables de la gran mayoría de las enfermedades genitales relacionadas con dicho virus, entre ellas el cáncer de cuello.
Respecto a Prevenar, hace pocos meses, en una Jornadas Internacionales celebradas en el 12 de Octubre se decía que las infecciones neumocócicas se producen, principalmente, en los primeros años de vida y en adultos mayores. Aunque la incidencia es mayor en niños, las complicaciones y la mortalidad son más frecuentes en adultos, sobre todo en ancianos. Es lo que hay. Seguro.
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