La investigación se ha realizado con 582 niños enfermos de COVID-19 de toda Europa y ha revelado que el virus solo causa síntomas leves y que rara vez provoca la muerte en los menores de 18 años.
El estudio, coordinado por la Red Europea de Ensayos sobre la Tuberculosis Pediátrica que integra a médicos e investigadores de 82 centros de pediatría de 25 países europeos, se realizó en niños y adolescentes desde los 3 días de edad hasta los 18 años que habían acudido al médico y habían sido sometidos a pruebas PCR de COVID-19, por lo que se excluyó a los casos más leves.
Ingresos en UCI
El estudio concluyó que de 582 niños, el 62%, es decir, 363 niños ingresaron en el hospital. El 8%, 48 niños tuvieron que estar en cuidados intensivos, según los datos que ya se han publicado en la revista The Lancet Child & Adolescent Health.
Niños desde los tres meses a los 18 años
Durante el estudio murieron cuatro pacientes -dos de ellos tenían dolencias previas-, y todos eran mayores de 10 años, pero una abrumadora mayoría (578 niños, el 99%) estaban vivos al finalizar el estudio y solo 25 aún presentaba síntomas o necesitaba ayuda para respirar.
Los síntomas
El síntoma más común fue la fiebre (el 65%), cerca de la mitad (54%) presentaba signos de infección de las vías respiratorias superiores y una cuarta parte tenía indicios de neumonía.
La gran mayoría de los pacientes no necesitó oxígeno ni ningún otro tipo de apoyo para respirar en ninguna etapa (87%) y únicamente 25 niños requirieron ventilación mecánica (4%), pero cuando la necesitaron fue por un período prolongado, a menudo por una semana o más (rango 1-34 días).
El COVID y más virus a la vez
Además el 22% de los niños presentaron daños gastrointestinales, 40 de los cuales no tenía ningún síntoma respiratorio, y 92 niños (la mayoría de los cuales fueron examinados debido a un contacto cercano con un caso conocido de COVID-19), carecían de síntomas (16%).
Por último, el estudio reveló que 29 niños estaban infectados con uno o más virus respiratorios adicionales al mismo tiempo que el SARS-CoV-2, como los virus del resfriado común o la gripe y, de ellos, el 24% requirió cuidados intensivos (7 niños) en comparación con el 7% de los niños a los que no se les detectaron virus adicionales, (41 niños de 553).
Aunque los investigadores advierten de que no hay que extrapolar las cifras del estudio a la población en general, sostienen que estas conclusiones deberían servir para planificar la demanda de servicios de cuidados intensivos a medida que avance la pandemia.
La visión general más completa de Covid en niños y adolescentes
De los 582 pacientes del estudio, que se llevó a cabo en el pico inicial de la pandemia europea (entre el 1 y el 24 de abril), una cuarta parte (145 niños) tenía patologías previas, mucho menos que los pacientes adultos.
Los autores consideran que el número de pacientes que recibió tratamientos antivirales o inmunomoduladores fue demasiado bajo para sacar conclusiones sobre su eficacia, por lo que advierten de que "se necesitan urgentemente datos sólidos de ensayos clínicos para ayudar a los médicos a tomar decisiones" sobre la mejor estrategia de tratamiento para los niños.
Para el Dr. Marc Tebruegge, del Instituto de Salud Infantil Great Ormond Street de la UCL en Londres, Reino Unido, "el estudio proporciona la visión general más completa de COVID-19 en niños y adolescentes hasta la fecha".
Más leve que en adultos
Para el Dr. Florian Götzinger, del Wilhelminenspital de Viena, Austria, "aunque la COVID-19 afecta a los niños con menos severidad que a los adultos en general, nuestro estudio muestra que hay casos severos en todos los grupos de edad y que aquellos que tienen problemas de salud preexistentes, así como los niños menores de un mes, tienen más probabilidades de acabar en cuidados intensivos".
Para la Dra. Begoña Santiago-García, del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, "saber que los niños en los que se detectaron virus adicionales en el tracto respiratorio al mismo tiempo que el SARS-CoV-2 tenían más probabilidades de ser admitidos en cuidados intensivos, podría tener importantes consecuencias para la próxima temporada de invierno, en la que las infecciones por resfriado y gripe serán más comunes".