Salud
El Ozempic reduce la necesidad y las ganas de consumir alcohol
Los hallazgos de este estudio son preliminares, pero muy prometedores. Los resultados sugieren que la semaglutida y otros medicamentos similares podrían ayudar con el trastorno por consumo de alcohol.
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La semaglutida es un medicamento popularmente conocido por su uso contra el sobrepeso, originalmente para tratar la diabetes tipo 2. Ahora, un estudio ha demostrado que también reduce las ganas de consumir alcohol, un gran beneficio para las personas con trastorno por consumo o adicción.
Se denomina dipsomanía o trastorno de consumo de alcohol al uso abusivo del alcohol, caracterizado por una fuerte necesidad y ansiedad de ingerir bebidas, provocando una dependencia física y psicológica. El consumo de alcohol causa anualmente 3 millones de muertes al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y los científicos estiman que aproximadamente 1 de cada 3 adultos tienen problemas por exceso de consumo.
Es el primer ensayo controlado sobre la relación entre la semaglutida y el consumo de alcohol. El estudio, liderado por la Universidad del Sur de California, ha demostrado que la semaglutida reduce significativamente la cantidad de bebidas ingeridas, la frecuencia y el consumo de alcohol en adultos con síntomas de adicción.
Experimento
El ensayo clínico se basó en el seguimiento de 48 adultos con dificultades para controlar su consumo de bebidas alcohólicas, un síntoma de trastorno por consumo de alcohol (TCA), pero que no desearan tratarse. Se escogieron hombres y mujeres que superaran los 14 y 7 consumiciones a la semana, respectivamente.
Previo al tratamiento, ofrecieron a los participantes su bebida alcohólica favorita y analizaron cómo, cuánto y a qué velocidad consumían, en un periodo de dos horas. Posteriormente, dividieron a las 48 personas en dos grupos: un grupo recibió placebos y al otro se le facilitaron inyecciones con bajas dosis semanales de semaglutida. Se hizo un seguimiento durante nueve semanas, y al finalizar dicho periodo, los participantes volvieron al laboratorio para repetir el experimento del inicio.
Conclusiones
Los resultados fueron sorprendentes. Tanto los que recibieron semaglutida como efecto palcebo, siguieron consumiendo con igual frecuencia que al inicio del estudio. Sin embargo, el grupo al que se le facilitaron inyecciones, los días que tomaban alcohol, bebían un 30% menos, en comparación con el 2% de los tratados con placebo. Además, se analizó que el grupo Ozempic había tenido menos días de consumo excesivo de alcohol, y dijeron sentir menos necesidad o ganas de beber alcohol.
Entre las principales hipótesis, los científicos consideran que el fármaco afecta al conocido método de recompensa del cerebro. Es decir, así como la semaglutida puede hacer que la comida sea menos atractiva, también puede hacer que el alcohol resulte menos llamativo.
Asimismo, hubo otro hallazgo: aquellos que eran fumadores y que recibieron semaglutida, redujeron significativamente el consumo de cigarrillos. Esto propone que el fármaco puede tener un efecto más general, en términos de conductas adictivas.
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