Carbohidratos

¿El pan engorda? Los carbohidratos en el punto de mira: mitos y realidades

Hablamos de pan. Harina de cereal, agua y sal. La sencilla fórmula que nos acompaña desde el Neolítico y que ha evolucionado hasta las 315 variedades diferentes que hoy tenemos en España. El consumo, sin embargo, se ha estancado, lejos de la recomendación de 90 kilos/persona al año.

Pan tostado

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Durante décadas, las dietas bajas en carbohidratos han ganado popularidad, promoviendo la idea de que eliminar el pan y otros alimentos ricos en carbohidratos puede ser el camino hacia la pérdida de peso. La creencia de que el pan nos hace engordar ha calado profundamente en la conciencia popular, pero ¿es realmente así?

La doctora Rosaura Leis, catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela, especialista en nutrición y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), es clara en su respuesta: "El pan no engorda. Es un alimento fundamental y engorda, como todos los alimentos, si lo tomamos en exceso". Esta afirmación desmantela el mito que ha hecho que muchos eviten el pan sin justificación científica. Rosaura Leis enfatiza que, en una dieta equilibrada, el pan, especialmente el integral, debe ocupar un lugar clave.

Según la nutricionista, el problema no está en el pan en sí, sino en cómo lo consumimos y con qué lo acompañamos. "Debemos optar por una correcta elección alimentaria con diversidad de alimentos, y donde contemos con cereales, fundamentalmente los integrales, que formen la base de nuestra alimentación", añade la especialista en nutrición.

El valor de los carbohidratos

Rosaura Leis subraya la importancia de los carbohidratos en nuestra dieta, que deberían representar entre el 55% y el 60% del valor calórico total diario. El pan, como fuente principal de carbohidratos, aporta solo cuatro kilocalorías por gramo, lo que lo convierte en un alimento ligero si se consume en las cantidades adecuadas. "El pan forma parte de la base de la pirámide alimentaria, especialmente en nuestra dieta atlántica, que ha contribuido a que nuestros mayores tengan una larga esperanza de vida y calidad de vida", apunta la doctora.

Además, estudios de epidemiología nutricional avalan su consumo. Se recomienda una ingesta diaria de unos 200 gramos de pan, preferentemente integral. Este alimento no solo ayuda a equilibrar la dieta, sino que también tiene un efecto positivo en la regulación del apetito, reduciendo la ansiedad por comer entre horas y favoreciendo un consumo más consciente.

Pan y salud

El pan no solo es una fuente de energía, sino que también contribuye a la prevención de enfermedades. Al consumirse junto a otros alimentos, como verduras o proteínas, su digestión es más lenta, lo que ayuda a mantener niveles estables de glucosa en sangre y reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Además, el consumo regular de pan integral está asociado a una disminución del colesterol y de problemas metabólicos como la urea.

Cuando se aumenta el consumo de carbohidratos saludables, como los del pan integral, y se reduce el de grasas en un 10%, se favorece la pérdida de peso sin necesidad de reducir la ingesta calórica total. "Si comemos un trozo de pan que proporciona 100 calorías, nuestro organismo invierte 20 en asimilarlas”, explica la Dra. Leis, lo que evidencia que, lejos de engordar, el pan puede ser un aliado en la regulación del peso si se consume adecuadamente.

Rompiendo mitos

La clave para una alimentación saludable no está en eliminar el pan o los carbohidratos, sino en saber equilibrar los distintos grupos alimenticios. Rosaura Leis insiste en que debemos "promover nuestra dieta atlántica y estilos de vida tradicionales", donde el pan ha jugado siempre un papel fundamental. El objetivo es que las futuras generaciones alcancen una calidad de vida similar a la de nuestros abuelos, quienes vivieron durante más tiempo gracias a una dieta rica en cereales y carbohidratos saludables.

Los expertos, una vez más, nos recomiendan romper los esquemas establecidos sin respaldo científico. El pan no es el enemigo. Debemos consumir menos grasas y más carbohidratos y glúcidos de los cereales y derivados. Recuerdan que las técnicas genéticas han logrado granos cada vez más alimenticios. Por lo tanto, el debate debería quedar zanjado: el pan, las patatas o el arroz no engordan.

En cambio, el pan, en sus versiones integrales y consumido con moderación, es un alimento esencial que aporta energía, favorece la digestión y contribuye al bienestar general. La clave, una vez más, está en seguir una dieta variada y equilibrada, lejos de los excesos.

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