Las pizarras del inmunólogo Alfredo Corell para entender la viruela del mono, sus síntomas y evolución

El inmunólogo, catedrático y divulgador científico Alfredo Corell da las claves sobre la viruela del mono en directo en Antena 3 Noticias Fin de Semana y hace un llamamiento a la calma. Según explica, preguntado por Matías Prats, los que deben estar preocupados por esta enfermedad son las autoridades sanitarias y las personas con algún síntomao sospecha deben acudir del modo más rápido a una urgencia hospitalaria.

Transmisión de la viruela del mono

Ayudado de sus propios gráficos, Corell explica que, en un primer lugar, el virus de la viruela del mono se encuentran en unos roedores africanos y los huéspedes habituales son los monos y las personas. Por tanto, el primer tipo de transmisión es de animales.

La transmisión secundaria de la enfermedad, por su parte, se produce entre personas y es poco frecuente, aunque se está dando en los últimos días, y eso es lo que preocupaa la Organización Mundial de la Salud. En este caso, lo más sorprendente es que haya 16 paísesfuera de África con casos simultáneamente. Se transmite de modo directo a través de las mucosas, tanto oral como genital y anal, por contacto con las lesiones o porque al hablar las partículas expulsadas caigan sobre superficies.

En cuanto a la forma indirecta de contagios de la viruela del mono, es la que se produce cuando se dejan utensilios que se han rozado con los enfermos, como ropa, toallas o sábanas, y otra persona sana contacta con ellas y se contagia. En este sentido, bastaría con tocar dicha superficie, aunque Corell deja claro que el 90% de los virus desaparecen en 24 horas. Además, para reducir el riesgo recomienda limpiar las superficies con cualquier viricida que mate la viruela o la varicela y lavar la ropa a 60 grados.

Por otro lado, al contrario que ocurre con el coronavirus, es muy improbable que haya contagio por aerosoles.

Síntomas de la viruela del mono

Los síntomas más comunes de la viruela del mono son la fiebre, el dolor de cabeza, el dolor muscular, el cansancio, los escalofríos, las adenopatías y las lesiones. Así, Corell insiste en que como los ganglios inflamados son menos habituales en otras enfermedades, si alguien se explora y tiene ganglios en la axila, en las ingles o el cuello, podría ser indicativo de estar contagiado.

Según la explicación del inmunólogo, además, lo más común es que las lesiones aparezcan en tres partes del cuerpo diferentes: en la zona de la boca y de la cara, en la zona genital y debajo del párpado superior. La evolución, por su parte, comienza con un enrojecimiento (mácula), que después se abulta (pápula) tras lo que se forma una vesícula que da lugar a la costra cuando se rompe.

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