Relaciones de pareja
¿Puede una pareja sobrevivir sin sexo? Claves para ser una pareja estable y feliz
En el inicio de toda relación de pareja está el deseo insaciable de la unión sexual, de la fusión física con el otro y en el otro, de la piel con piel. Si en ese momento ese clímax no se produce, la pareja se convierte en amistad.
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En el principio de toda relación amorosa, la sexualidad es un ingrediente básico y necesario para que el amor surja después de la pasión. Pero, ¿qué ocurre si después del “fueron felices y comieron perdices” la sexualidad se va apagando?
El principio: El deseo
La sexualidad es algo natural en los seres humanos. Nuestros cerebros, en un momento de su desarrollo vital, experimentan una activación de los circuitos de deseo sexual ante estímulos concretos. Para los adolescentes y los hombres, esa activación permanece en un nivel más o menos constante, si son personas sanas, hasta una fase posterior de la vida, cuando la testosterona decae, pero incluso entonces los andrógenos contribuyen a mantener el sexo en la mente del varón.
Las adolescentes y las mujeres experimentan algo parecido en el período que precede a la tormenta hormonal de la primera ovulación. Al igual que los chicos, las chicas empiezan a fantasear sexualmente por efecto de las hormonas de la pubertad. Sin embargo, aunque los niveles de hormonas de las chicas suben y bajan drásticamente a medida que sus cuerpos se preparan para un embarazo, fantasean con el sexo, no tanto como los hombres, pero con pocas diferencias. Toda esta tormenta hormonal que se produce en la pubertad modifica nuestra forma de ver el mundo y de relacionarnos en él.
El desarrollo: Expectativas insatisfechas
No pocas veces he escuchado en la consulta sobre todo a mujeres maduras divorciadas decir que todo se acabó en la primera noche de casados, cuando descubrieron cosas en la sexualidad de su pareja que les produjo rechazo y que, a pesar de ello, tuvieron hijos y mantuvieron décadas de matrimonios sexualmente infelices. Lógicamente, cuando se vieron fuertes e independientes se divorciaron de las personas a las que tenían “cariño”, pero de las que estaban totalmente desenamoradas. Esos testimonios contrastan con las conversaciones que mantengo con mujeres que actualmente están buscando pareja; el hecho de que el otro las satisfaga sexualmente es algo indispensable para iniciar una relación y, si esto no ocurre, deciden cortar antes de formalizar más el vínculo.
Ante esta circunstancia, nos podemos cuestionar, ¿Antes una buena vida sexual no era importante para formar una familia, para estar en pareja, y ahora sí?
La resolución: El sexo y el género
Se da una fuerte interacción entre la cultura, los genes, la educación y nuestro cerebro. Para hablar con propiedad sobre la importancia de la sexualidad en las parejas deberíamos comparar el comportamiento sexual y romántico entre diferentes orientaciones sexuales, comparación entre culturas, el impacto que está teniendo internet o el desarrollo de la sexualidad durante la infancia y, sobre algunos de estos temas, hay muy pocos estudios con base empírica.
Por ello, queridos lectores, me atrevo a formular en función de mi experiencia de escuchar cientos de historias de vida, que en nuestra sociedad occidental, la clave está en el pensamiento y comportamiento de las mujeres y en la cultura en las que las situamos.
Si otorgo predominancia al sexo femenino es porque de la pareja es la que ha cambiado el grado de importancia respecto al grado de satisfacción de la vida sexual en la misma y, si digo que la cultura es importante, es porque lo anterior es derivado del cambio sociocultural tan extraordinario que se ha vivido en España en las últimas décadas. Del mismo modo, su influencia en el cambio de rol de las mujeres, tanto en su papel de madres como de personas liberadas y deseosas y deseadas de disfrutar de su sexo.
La liberación social y económica de la mujer en nuestra cultura ha hecho tambalear los roles tradicionales dentro de la pareja. Ahora las mujeres emancipadas eligen compañeros de viaje, no hombres que las sustenten o las guíen, y muchas de estas mujeres no tienen prejuicios sociales a la hora de elegir a ese compañero. Incluso, muchas de ellas eligen hombres más jóvenes (algo impensable en generaciones anteriores) donde encuentran una relación más física y sexual, más libre, más de disfrute que de compromiso… o también de compromiso valorando la energía, las ganas de vivir, la ilusión que parece que a priori puede darlo el simple hecho de la edad.
La sexualidad, por lo tanto, se ha liberado del matrimonio o de la relación estable de pareja, por lo que, si se forma el emparejamiento, es indispensable que funcione. A no ser que por motivos de enfermedad no se pueda, las nuevas parejas dan importancia a la conexión sexual, incluso en algunos casos es el motivo principal de que la pareja se mantenga o que decidan superar sus conflictos y darse una oportunidad. No es baladí que cuando una pareja acude a mi consulta entre las primeras preguntas que realizo es si tienen una satisfactoria vida sexual. Si contestan afirmativamente, hay muchas posibilidades de que superen sus obstáculos o crisis y se conviertan en una pareja estable y feliz.
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Alicia López Losantos, psicóloga y coach.
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