Cáncer

¿Qué hábitos nos protegen contra el cáncer?: un estilo de vida como escudo protector

Aunque el cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, estudios científicos demuestran que hasta un 30% de los casos de la mayoría de tumores se podrían prevenir con cambios en el estilo de vida. Víctor Sacristán, oncólogo del Hospital Universitario de A Coruña y del INIBIC, destaca que incorporar hábitos saludables es clave para reducir el riesgo.

Cáncer de mama

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La relación entre nuestros hábitos diarios y la aparición del cáncer está más que demostrada. Factores como la alimentación, el ejercicio físico, la exposición a sustancias nocivas o incluso la calidad del sueño influyen directamente en la salud celular y en el funcionamiento del sistema inmunológico.

"Aunque no podemos controlar todos los factores de riesgo, adoptar un estilo de vida saludable es una de las herramientas más efectivas para reducir las probabilidades de desarrollar esta enfermedad2, señala Víctor Sacristán, oncólogo del SERGAS - Servicio Gallego de Salud- . Este enfoque preventivo no solo beneficia a quienes buscan evitar el cáncer, sino que también mejora la calidad de vida en general.

La alimentación, un pilar fundamental

Uno de los factores más determinantes para prevenir el cáncer es la dieta. Según Sacristán, una alimentación equilibrada puede ser decisiva: “Las dietas ricas en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables están asociadas con una menor incidencia de distintos tipos de cáncer. En cambio, un consumo elevado de carnes rojas, procesadas y alimentos ultraprocesados se relaciona con un mayor riesgo”.

Además, es fundamental moderar el consumo de alcohol, ya que incluso en pequeñas cantidades puede incrementar el riesgo de desarrollar cáncer, especialmente en órganos como el hígado, la boca y la garganta.

Tabaco: el enemigo número uno

El tabaco sigue siendo el principal factor de riesgo evitable de cáncer, responsable de más del 20% de las muertes por esta enfermedad. Abandonar el hábito tiene un impacto inmediato y a largo plazo en la salud. "Dejar de fumar no solo reduce significativamente el riesgo de cáncer de pulmón, sino también de otros tipos, como el de vejiga, esófago y páncreas", subraya el Dr Sacristán.

Incluso la exposición al humo de segunda mano es peligrosa, por lo que evitar espacios donde se fume es otro paso crucial en la prevención.

Mantener un peso saludable

El sobrepeso y la obesidad están relacionados con varios tipos de cáncer, como el de mama, colon, riñón y endometrio. Sacristán destaca la importancia de mantener un peso adecuado a través de la combinación de dieta equilibrada y ejercicio físico: "La actividad física regular no solo ayuda a controlar el peso, sino que también tiene un efecto protector directo contra el cáncer, especialmente el de colon y el de mama en mujeres postmenopáusicas".

Los expertos recomiendan al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado o 75 minutos de actividad intensa.

Protección frente al sol

El cáncer de piel es uno de los más comunes y, afortunadamente, también uno de los más evitables. Para reducir el riesgo, es fundamental usar protector solar, evitar la exposición prolongada al sol en las horas centrales del día y optar por ropa protectora. "Las quemaduras solares, especialmente en la infancia, incrementan el riesgo de desarrollar melanomas en el futuro", alerta el oncólogo.

Prevención médica: vacunas y revisiones

Además de los hábitos diarios, la medicina preventiva juega un papel esencial. Las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) y la hepatitis B han demostrado ser eficaces para prevenir el cáncer de cuello uterino y el hepático, respectivamente.

Por otro lado, someterse a revisiones médicas periódicas y participar en programas de cribado, como mamografías o colonoscopias, puede detectar el cáncer en etapas tempranas o incluso prevenirlo. "La detección precoz es clave para mejorar el pronóstico y aumentar las tasas de curación", afirma el especialista.

Un enfoque integral para prevenir

La adopción de hábitos saludables no solo reduce el riesgo de cáncer, sino que mejora la calidad de vida en general. Víctor Sacristán, oncólogo del Hospital Universitario de A Coruña y del INIBIC -Instituto de Investigación Biomédica- insiste en que la prevención debe abordarse desde un enfoque integral: "No hay una fórmula mágica, pero pequeños cambios sostenidos en el tiempo pueden marcar una gran diferencia. Alimentarse bien, evitar el tabaco y el alcohol, hacer ejercicio, protegerse del sol y acudir a revisiones médicas son las mejores armas contra el cáncer".

El cáncer no siempre es evitable, pero las estadísticas muestran que una vida saludable puede ser nuestra mejor defensa.

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