Hijo favorito
Y tú ¿a qué hijo quieres más? La ciencia dice que sí que hay un hijo favorito
El género, el carácter y el orden de nacimiento son algunos de los factores que pueden influir para que uno de tus hijos se haga con el título de "favorito".
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Y tú, ¿a quién quieres más? ¿A mamá o a papá? Seguramente has escuchado esa pregunta millones de veces. A los adultos parece crearnos una curiosidad especial saber por qué progenitor siente preferencias un niño pequeño, sin embargo, a nadie se le ocurriría preguntarle a la madre: "Y tú a quién quieres más, ¿a tu hijo mayor o al pequeño?
Entre los padres, el tema de los favoritismos hacia uno de los hijos no es que sea tabú, pero no es algo que se admita con facilidad. La ciencia, en cambio, asegura sin ningún miramiento que los hijos predilectos existen y ¡ojo!, porque esto puede traer consecuencias en el desarrollo futuro de los hermanos. La Asociación Americana de Psicología ha publicado un artículo en el que estudian el vínculo entre las características de los niños y las diferencias en la forma en que sus padres los tratan.
Basándose en un metaanálisis de 30 artículos de revistas junto con 14 bases de datos, que abarcan un total de 19.469 participantes, evaluaron como factores como el orden de nacimiento, el género o el carácter pueden influir o no en cómo reaccionan los padres. Los investigadores concluyeron que tanto madres como padres mostraban un trato favorito hacia las niñas y que los pequeños que eran más responsables y organizados tenían un trato de favor.
Los autores indicaron que esperaban que estos descubrimientos "animen a los padres a ser más conscientes de sus prejuicios y a esforzarse por tratar a todos sus hijos de manera justa".
En la encuesta de WhatsApp de la Newsletter pasada elegisteis este tema, así que hemos contactado con María Padilla, experta en psicología para que analice paso a paso las conclusiones expuestas por la Asociación Americana de Psicología.
La doctora Padilla cree que "hijo favorito como tal de: prefiero a este antes que al otro, eso es muy difícil que lo detecte la ciencia, pero sí que la ciencia ha comprobado a través de muchos estudios que hay preferencias en según qué relaciones. Quizás con un hijo hay más preferencia en decirle más cosas, en tener un poco de apoyo, en protegerle más... en eso sí que hay preferencias, pero en términos generales de este es más favorito que el otro es muy difícil porque un hijo duele, siempre duele, y a la hora de la verdad tú vas a tener más preferencia sobre el más débil".
El orden de nacimiento
María Padilla reconoce que "tiene sentido" que el hijo mayor pueda ser el predilecto, ya que con él es con el que uno se convierte en padre y "suele ser percibido como un punto de inicio con los demás, ya estás más relajado porque ya tienes una experiencia y esta experiencia". Padilla asegura que los padres "por mucho que digan que a los tres los hemos criado igual esto no puede ser nunca porque el contexto nunca es el mismo".
Un niño tranquilo frente a uno movido
Sobre el carácter tranquilo, María explica que hay muchos estudios y, "también estudios en contra". "El carácter tranquilo no te da problemas y va más o menos en las expectativas de los padres, pero qué es lo que pasa, que también los niños calmados reciben menos atención. Si tú tienes un niño calmado y otro más movido la atención se va a ir al más movido, entonces son niños más invisibles".
¿Niña o niño?
Sobre este factor, Padilla analiza que por norma general "sí que los niños, en general, conectan más con las mamás y las niñas con los papás, pero una cosa es que conecten y otra que se identifiquen. Por ejemplo, una niña se va a identificar más con la mamá, por el género, y un niño con el papá. Aquí también dependen de los estilos educativos y de las mochilas de los papás porque si un papá no pudo tener estudios es muy fácil que esto lo vaya a proyectar más con el hijo que con la hija porque va a ver más similitud a la hora de hacer la proyección de sus fracasos o de lo que no consiguió".
El hecho de que un padre trate favoritismo a un hijo frente a otro importa sobre todo por la huella que esa diferencia deja en el desarrollo de ese menor. "Muchas veces, entre los hermanos, dejan una marca bastante profunda porque puede haber rivalidad entre ellos y así es como tiene que ser el mundo, con esa rivalidad, porque al final ¿sabes por qué luchan? Por la atención de los padres. Puede que haya incluso inseguridades, resentimientos, comportamientos competitivos, para captar la atención de los padres.
En el caso del favorito muchas veces no es que sea el favorito, sino que al tener más atención lo perciben como el favorito, entonces si tú eres el favorito, yo no lo soy y esa es la huella que deja en el futuro, una identidad con un poco más de dependencia con las cosas que yo hago y así se relacionan conmigo".
Y, ¿qué se puede hacer como padres para evitar estos tratos diferentes? Pues la experta lo tiene claro: "Hay pruebas que son test de estilos parentales de los padres porque pueden tener 3 estilos diferentes: el autoritario, el permisivo y el democrático. Es muy bueno hacer este tipo de cuestionarios para ver tu estilo educativo. Un buen ejercicio para los padres es una autorreflexión consciente, preguntándote cómo reaccionas emocionalmente ante cada hijo y ante diferentes situaciones de cada uno. Un buen criterio sería preguntarse: ¿Tengo la misma paciencia con uno que con otro? Otra actividad que es super buena es preguntarles a ellos y validar su criterio, porque a veces lo que hacemos es pasarlo por alto. Porque quizás no sea real lo que ellos perciben, pero lo están percibiendo y ellos se quedan con lo que perciben. Eso es lo que va a marcar la diferencia entre un niño y un adulto, más o menos, sano. Sería interesante que le preguntásemos a los críos que se sientan escuchados y validados. Esto es fundamental".
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