Realidad virtual
Realidad virtual para volver a andar tras una fractura de cadera
Un andador robótico y unas gafas de realidad virtual se han convertido en el tándem perfecto para personas con fractura de cadera. Su uso en la rehabilitación reduce el tiempo de recuperación a la mitad.
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Recuperarse de una fractura de cadera mientras el paciente pasea por un bosque, sin salir del hospital, es posible. Y lo es gracias a Ana Rojo, tiene 26 años, es ingeniera biomédica y ha desarrollado un videojuego que ayuda, a través de la realidad virtual, a que los ancianos que se han roto la cadera se recuperen con mayor rapidez.
Rehabilitación mediante juego
Se trata de un andador robótico conectado mediante sensores a unas gafas de realidad virtual que permiten al paciente adentrarse en un bosque o recorrer en barca un lago. Esta experiencia inmersiva permite motivar al paciente mientras, de una forma divertida y casi sin darse cuenta, realiza los movimientos necesarios para su recuperación.
El proyecto SWalker empezó hace cuatro años de la mano de la red de residencias Albertia, a través de la empresa Werium Solutions. Este sistema permite recrear la rehabilitación que normalmente se hace en una sala o en un pasillo pero haciendo que el paciente sienta que está, por ejemplo, en una barca en mitad de un lago.
Rafael Raya, director de Werium Solutions, nos cuenta que “el paciente ve diferentes escenarios. Puede ir en un avión en el que tiene que alcanzar ciertos objetivos o pasear por el campo”.
Sistema pionero
No es la primera vez que este tipo de tecnología se utiliza en medicina pero sí es la primera vez que un paciente que ha sufrido una rotura de cadera puede vivir esta experiencia primera persona.
En la primera etapa de este proyecto, el sistema se probó en 30 pacientes que vieron como se reducía a la mitad el número de sesiones que necesitaban para recuperarse de la fractura de cadera. Es más, "tras la recuperación los pacientes que utilizaron esta tecnología no necesitaron silla de ruedas, se recuperaron mejor y más rápido", afirma Raya. La residencia Valle de Oliva, en Majadahonda (Madrid) fue la primera residencia en la que se probó este sistema.
El proyecto se amplía. La meta ahora es que se pruebe en 200 pacientes en un ensayo clínico que empezará en septiembre en cuatro centros de mayores diferentes.
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