Médicos y enfermeros del Hospital Germans Trias i Pujol durante una intervención

Publicidad

Realizado por Can Ruti

Realizan el primer bioimplante de células madre en el corazón de un paciente tras un infarto

La técnica, bautizada con el nombre de "PeriCord", consiste en realizar este bioimplante formado por pericardio humano descelularizado y enriquecido con células madre mesenquimales, que proceden del cordón umbilical.

En resumen
  • La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios dio su aprobación definitiva al PeriCord a finales del año pasado
  • Los últimos estudios preclínicos han demostrado que este tipo de bioimplante reduce de forma significativa el tamaño del infarto y mejora la función cardíaca

El Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona ha realizado por primera vez una cirugía pionera en el mundo para fijar un bioimplante de células madre directamente en el corazón de un paciente con el objetivo de reparar el tejido de este órgano tras sufrir un infarto. Según un comunicado del centro, esta operación se llevó a cabo el pasado mes de mayo y el paciente intervenido evoluciona de forma muy favorable, dado que los primeros resultados de la resonancia magnética ya muestran una reducción en el tamaño de la cicatriz.

Se trata de un bioimplante formado por pericardio humano (una membrana que envuelve el corazón) descelularizado y enriquecido con células madre mesenquimales (procedentes del cordón umbilical), que tienen gran plasticidad. Mediante esta técnica, bautizada con el nombre de "PeriCord" e impulsada por el grupo de investigación en Enfermedades Cardiovasculares en el Instituto de investigación de Can Ruti, dirigido por Antoni Bayés-Genís, los especialistas esperan reparar el tejido del corazón, que se debilita notablemente cuando sufre un infarto de miocardio.

"El corazón pierde fuerza para latir a causa de la muerte de las células del área lesionada, que han dejado de recibir sangre desde las arterias coronarias", ha explicado fuentes del hospital, que han agregado que, en casos extremos, puede ser necesario un trasplante de corazón. Los últimos estudios preclínicos habían demostrado que este tipo de bioimplante tenía la capacidad de reducir de forma significativa el tamaño del infarto, así como mejorar la función cardíaca y, en 2013, el grupo había incluso demostrado la capacidad de estas células madre para formar pequeños vasos sanguíneos en el área infartada del corazón en ratones y reoxigenarla.

Por eso, ha señalado Bayés, "si se confirma la capacidad reparadora en humanos, podríamos remitir complicaciones habituales derivadas de estas cicatrices, como la insuficiencia cardíaca". La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) dio su aprobación definitiva al PeriCord a finales del año pasado pero no ha sido hasta el pasado mayo cuando se puso en práctica esta intervención quirúrgica, la primera a nivel mundial de estas características.

Publicidad