El médico, científico y senador del Rubén Moreno responde a las preguntas de Matías Prats y Mónica Carillo en Noticias Fin de Semana.
¿Cómo valora las medidas del Gobierno para volver al trabajo?
Son normas, unas obligatorias y otras recomendaciones, que de facto formarían parte de un proceso de desescalada, aunque el Gobierno nos ha dicho que no estamos en esa fase. En unos casos apelan a la responsabilidad individual y en otros al uso de materiales y equipos por parte de las empresas, o a cambios en la organización para los que probablemente no están preparadas. Por eso es importante la planificación previa por parte del Gobierno para tomar medidas.
¿Es partidario de mantener las restricciones para salir a la calle?
La decisión de levantar restricciones se basa en unas exigencias epidemiológicas, es decir, que haya un descenso de contagios y fallecimientos durante al menos dos semanas. Además, hay que tener en cuenta la capacidad del sistema sanitario de estar preparado ante una posible segunda oleada y hay que ser capaz de identificar a todos los contagiados y sus contactos. A partir de ahí, se pueden ir abriendo restricciones y empresas, aunque los bares no hasta probablemente dentro de un mes. Así, se trata de un proceso progresivo en función del cumplimiento de unas normas.
¿Por qué nosotros estamos siendo golpeados de esta forma tan terrible?
Nosotros fuimos, junto con Italia y Francia, los últimos en tomar medidas restrictivas en tiempo epidemiológico. El resultado es el número de contagios y de fallecidos. Los datos son rigurosamente inexactos porque los protocolos y guías del Ministerio ya excluyen de hacer test a algunos pacientes que claramente son positivos.
¿Tendría sentido adoptar diferentes velocidades de desescalado en las comunidades autónomas?
El tiempo epidemiológico de las distintas comunidades es diferente, como lo es para los Estados miembros de la Unión Europea. Será un proceso muy exigente.
¿Cree que tendremos que interiorizar nuevos hábitos para evitar nuevas epidemias?
Sin ninguna duda, nosotros somos protagonistas y tenemos responsabilidad. Nosotros somos los músicos de una gran orquesta y nos faltan los instrumentos, como los test, las mascarillas, los equipos de protección. Necesitamos una partitura, que se supone que es ese plan de salida y desescalada que está haciendo el Gobierno y necesitamos un gran director que dirija esa ejecución. No parece que tengamos muchos instrumentos, no tenemos la partitura todavía y no sabemos si el director será capaz de dirigir esa orquesta. El riesgo de desafinar es que haya una segunda oleada de graves consecuencias.