Reyerta en Alicante, entre dos clanes gitanos rivales, en la fase 2 de desescalada por coronavirus. En la reyerta, que fue multitudinaria, un hombre ha sido apuñalado. La policía detuvo a 11 personas y, en ese momento, el otro clan intentó linchar a los detenidos. Los agentes tuvieron que cargar para proteger a los implicados, y cinco policías resultaron heridos.
Ha sucedido en el barrio de Requena en Alicante durante la intervención de la policía para evitar una reyerta entre clanes por el control de la venta de drogas.
A los detenidos se les imputa los presuntos delitos de robo con violencia, lesiones empleando arma blanca y atentado a los agentes de la autoridad.
La investigación continúa abierta para la localización de otros autores que participaron en la reyerta.
La primera trifulca se registró el pasado 23 de mayo
Los hechos se iniciaron en la madrugada del pasado 23 de mayo cuando una persona recriminó a unos viandantes el tirar piedras contra la ventana de su domicilio y trató de grabar con su móvil para guardar imágenes de lo ocurrido. Por ello, los arrestados le propinaron una paliza y le quitaron violentamente el teléfono con el que había grabado.
Esta persona denunció los hechos y agentes de la Comisaría del distrito Norte pudo identificar a los presuntos autores de la paliza y detenerlos.
Mientras tanto, a escasos metros de allí, una llamada alertaba de que se había producido un apuñalamiento.
Por ello, parte de los agentes que se encontraban en el operativo inicial, acudieron y detuvieron al agresor y a la víctima que había sido apuñalado en la vivienda del agresor, donde había una plantación de marihuana con alrededor de 150 plantas. También ha sido detenida la mujer del agresor por tráfico de estupefacientes.
Multitud de vecinos, en la calle, animaban a agredir a los policías
El origen de la reyerta, según las primeras investigaciones, podría deberse a un posible ajuste de cuentas entre dos clanes del barrio por el control de la venta de droga, motivo por el cual en el momento de la intervención, se congregaron en la vía pública una multitud de vecinos que reclamaban su propia justicia y se generó un clima de tensión en el que la multitud animaba a agredir a los policías incluso con amenazas de muerte.
La Policía tuvo que pedir más refuerzos y emplear la fuerza con material antidisturbios para proteger a los detenidos, a los viandantes que se encontraban en la calle y para defenderse de las agresiones que recibían.
La actuación se ha saldado con cinco policías heridos y a dos de los detenidos se les acusa de atentado a la autoridad.