Inmigración
110 inmigrantes de Malí se instalan en Mora de Rubielos: "Vienen a estar tranquilos y a integrarse"
Los recién llegados, todos varones mayores de edad, han solicitado protección internacional y están en proceso de integración social y laboral, mientras el municipio se enfrenta a divisiones entre vecinos a favor y en contra de su acogida.
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Los 110 inmigrantes procedentes de Malí, que llegaron este martes en dos autobuses a Mora de Rubielos, ya se encuentran instalados en un hotel de la localidad. El delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, ha explicado que todo ha transcurrido "con total tranquilidad". No obstante, se ha dado aviso a la Guardia Civil para que esté preparada ante cualquier eventualidad.
Los nuevos habitantes recibieron la visita de Fernando Beltrán, quien ha detallado que todos son hombres adultos que han solicitado asilo en España debido al conflicto armado en su país. Tras la evaluación de sus solicitudes, recibirán permisos de residencia y trabajo. La entidad Accem será la encargada de guiar su integración social y laboral, considerando su experiencia previa y el entorno del que provienen. Además, como tarea pendiente se les ayudará con el aprendizaje del idioma español.
Estos inmigrantes llegaron a través de la ruta que conecta África con las Islas Canarias, tras navegar entre 1.400 y 1.600 kilómetros. Los centros de acogida en Canarias se encuentran desbordados. Por este motivo, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha optado por trasladarlos a la Península, seleccionando para su recepción localidades como Mora de Rubielos, que cuenta con la infraestructura y la disponibilidad de acogida necesaria. Según ha explicado el delegado aragonés, la situación en Malí es crítica debido a una serie de gobiernos fallidos, la creciente influencia de grupos extremistas y una guerra continua. Todo ello ha sumido al país en una grave crisis humanitaria.
Huyen de la guerra y la grave crisis humanitaria en su país
A pesar de que la llegada de los inmigrantes ha transcurrido sin incidentes, también ha generado controversia y opiniones distintas entre los habitantes de Mora de Rubielos. Por otro lado, el delegado también ha lamentado las "reacciones hostiles" y las "amenazas telefónicas" que han recibido los empleados del hotel que alberga al grupo. Mientras unos vecinos han expresado su rechazo, citando preocupaciones sobre la seguridad y la falta de empleo en la zona, otros se han mostrado a favor de la acogida, valorando la oportunidad de integrar a los recién llegados.
Ante la posibilidad de que grupos externos organicen manifestaciones en contra de la presencia de los inmigrantes, la Guardia Civil está en alerta para intervenir rápidamente si fuera necesario. Pese a las preocupaciones, ha destacado que no se anticipan comportamientos violentos por parte de los inmigrantes, quienes han huido de la violencia y desean encontrar un lugar seguro para aprender el idioma y trabajar.
Respecto a sus perspectivas futuras, el delegado ha indicado que algunos podrían obtener sus permisos de trabajo en noviembre, lo que les permitiría buscar empleo o incluso trasladarse a otra ciudad en España si así lo decidieran. Aunque ha reconocido que Mora de Rubielos no está en condiciones de crear un centenar de empleos de manera inmediata, no ha descartado que algunos inmigrantes se desplacen a zonas donde haya demanda laboral acorde a sus habilidades.
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