Volcán La Palma

Los 5 grandes problemas a los que se enfrentan los vecinos de La Palma tras la erupción del volcán

Tras 11 días de actividad del volcán de Cumbre Vieja, los palmeros se deben enfrentar, más allá de las coladas de lava que ganan terreno poco a poco, a varios problemas generados por la actividad constantes de erupción volcánica.

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La erupción del volcán de Cumbre Vieja deja ya más de 10 días auténtica pesadilla para los vecinos de La Palma. Más de 6.000 personas han sido evacuadas de sus viviendas por el avance de las coladas de lava, que ha destruido ya varios cientos de viviendas.

Todos, tanto los que lo han perdido todo como los que no, tienen que convivir mientras con otros problemas que condicionan su día a día. Y es que, al avance de las coladas de lava, la consecuencia más evidente durante estas jornadas, los palmeros deben hacer frente a otras derivadas provocadas por un volcán que todavía no se apaga.

Gases tóxicos

El primero de estos problemas es la ceniza que se acumula a cada instante y obliga a los vecinos a retirarla de sus casas, tejados y calles para evitar mayores complicaciones. Además, la suspensión de estas partículas en el aire hace prácticamente imposible estar en la isla sin gafas de protección y mascarilla.

Un segundo actor durante estos últimos días han sido los gases. El contacto entre el magma y el mar el pasado martes generó una enorme nube potencialmente tóxica. El choque entre los dos elementos genera gases ácidos parecidos al aguafuerte, que puede causar irritación en los ojos y en la piel.

"El hipoclorito y el ácido sulfúrico pueden irritar las vías respiratorias. Ya hemos visto a personas que han tenido irritación de los bronquios", asegura para Antena 3 Noticias el neumólogo Pere Casán.

Enjambre sísmico

Desplazarse también se está mostrando como un reto para nada menor. La lava ha destruido varios kilómetros de carretera, y hay zonas próximas en riesgo de quedase incomunicadas. Pero no queda ahí la cosa. El polvo que flota en el ambiente está afectando también al tráfico y son varios los puntos con una escasa visibilidad, algo muy peligroso especialmente para las motos.

Con los cráteres de todavía en efervescencia, el cuarto problema al que se están enfrentando los palmeros es el ruido incesante de un volcán que todavía no se apaga. Una actividad constante durante las 24 horas del día que sufren sobre todo aquellos vecinos más próximos a las bocas de Cumbre Vieja.

Y, por si fuera poco, quedan los seísmos. En la zona todavía se sienten los terremotos, un enjambre sísmico que recuerdan a los palmeros que continúa sacudiendo la isla.

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