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'LA MANADA A JUICIO'

A la caza de 'La Manada' tras la denuncia de violación múltiple en San Fermín: los pantalones oscuros los delatan entre la multitud

Tras ser detenidos, colaboran con los agentes de seguridad y les dan el móvil con las grabaciones, razón por la que su abogado defiende su inocencia. Sin embargo, ese mismo móvil contiene las pruebas de lo que pudo ser otra agresión sexual dos meses antes en Pozoblanco, en Córdoba.

Al día siguiente de la supuesta agresión sexual múltiple en los Sanfermines de 2016, los cuerpos de seguridad ya tenían los datos de los supuestos agresiones y la descripción detallada que había facilitado la supuesta víctima: muchos de ellos tienen tatuajes, describe el reloj y, aunque son cinco, señala que son cuatro los agresores. Los pantalones oscuros son los que los delatan ante las cámaras de alta definición entre los corredores vestidos de blanco.

Cuando acaba el encierro, en la misma plaza, cuatro de los miembros de 'La Manada' son identificados por la Policía mientras el quinto miembro duerme en su coche. Después son todos ellos detenidos. Mikel Santamaría, policía foral de Navarra, señala que todos ellos muestran la actitud de colaborar y defienden que las relaciones sexuales "fueron consentidas por parte de la víctima" y entregan voluntariamente el teléfono móvil en el que estaban grabados los vídeos.

Agustín Martínez Becerra, abogado de los acusados, se ve sorprendido por que "alguien que haya cometido un delito ponga a disposición de los agentes la prueba de la comisión del delito". Además, defiende que "en ningún caso" había un plan preconcebido para cometer violaciones y lamenta que "el juicio de la opinión pública ya lo tenemos perdido".

"El juicio de la opinión pública ya lo tenemos perdido"

En ese mismo momento el caso saltó a los medios de comunicación: tanto la supuesta violanción como las detenciones. Esto generó una oleada de protestas multitudinarias para protestar contra las agresiones sexuales. En la opinión pública, la condena contra la supuesta agresión fue unánime. De hecho, esto mismo se intentaba evitar desde el consistorio con el eslogan 'En San Fermín no todo vale'.

Dos días después el juez no tuvo dudas de que existió una presunta agresión sexual y mandó a los cinco amigos a la cárcel mientras la Policía Foral siguió investigando los miles de archivos acumulados en los móviles de los acusados. Fue cuando descubrieron los mensajes e indicios de otros abusos sexuales cometidos dos meses antes.

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