Galicia
Se acerca el juicio por el caso de Elisa Abruñedo, resuelto 10 años después gracias a la genealogía genética
El principal acusado por el asesinato y violación de Elisa Abruñedo será juzgado por tribunal. Repasamos el incansable trabajo de la Guardia Civil y la familia, que jamás se rindió.

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Elisa Abruñedo tenía 46 años cuando desapareció el 1 de septiembre de 2013. Ese día realizaba su caminata diaria cerca de su casa en Cabanas. Su cadáver fue encontrado al día siguiente por un vecino en una zona boscosa cercana. La autopsia reveló que había sido agredida sexualmente y asesinada con un cuchillo de cazador.
La Guardia Civil elaboró un perfil del sospechoso basándose en los pocos indicios disponibles: un hombre de complexión fuerte, capaz de inmovilizar a la víctima; un cazador, dado que Elisa había sido atacada con un cuchillo de caza; y alguien que conociera bien el terreno, capaz de moverse por la zona sin ser visto. Aunque no había testigos directos, se habían registrado dos pistas clave: el avistamiento de un Citroën ZX de los años 90 en la zona y una muestra de ADN masculino encontrada en la escena del crimen. Sin embargo, el ADN no coincidía con ninguna persona registrada en las bases de datos policiales.
En 2016, la investigación dio un giro. Los agentes recurrieron a la genealogía genética, una técnica pionera en España. El Instituto de Ciencias Forenses ‘Luis Concheiro’ de la Universidade de Santiago de Compostela analizó el ADN encontrado en la escena y determinó que el agresor era un hombre de origen europeo, piel clara, ojos oscuros y cabello pelirrojo. A partir de esta información, los investigadores comenzaron a rastrear el árbol genealógico del agresor.
No pueden imponerle la prisión permanente revisable
El análisis genealógico los llevó hasta la comarca de Valdoviño, donde encontraron una coincidencia parcial con personas apellidadas Rodríguez. La reconstrucción de los linajes familiares, respaldada por archivos eclesiásticos de la catedral de Mondoñedo, permitió identificar a Roger Serafín Rodríguez, un hombre cuya descripción física coincidía con la del agresor y que también había sido propietario de un vehículo similar al visto en la zona del crimen.
En octubre de 2023, Roger Serafín Rodríguez fue detenido. Tras ser confrontado con las pruebas, confesó el crimen. Desde entonces, permanece en prisión provisional en el centro penitenciario de Mansilla de las Mulas, en León. Con la apertura del juicio oral, se espera que el proceso judicial se celebre en 2025 ante un jurado popular en la Audiencia Provincial de A Coruña.
La jueza señala que de las diligencias practicadas resultan “indicios racionales y suficientes de criminalidad” contra el acusado, entre las que destaca las declaraciones prestadas en sede policial y judicial por el encausado, así como por testigos, y los informes periciales. El crimen ocurrió antes de la reforma del Código Penal que introdujo la prisión permanente revisable, así que la pena máxima a la que se enfrenta Roger Serafín Rodríguez sería de unos 30 años de cárcel.
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