Pompeyo

El acusado de enviar cartas bombas a Pedro Sánchez y Margarita Robles: "Os habéis confundido, a mí me gusta la marquetería"

Fiscalía pide para Pompeyo 22 años de cárcel por un delito de terrorismo y otro de fabricación, tenencia, colocación y empleo de aparatos explosivos.

Pompeyo González

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Se llama Pompeyo González y tiene 74 años. Está jubilado y acusado de enviar hasta 6 cartas bomba a diferentes miembros del Gobierno de Pedro Sánchez, incluyendo al propio presidente. En el momento de la detención negó los hechos y aseguró: "Os habéis confundido, a mí me gusta la marquetería."

Las cartas fueron dirigidas a Pedro Sánchez, a la ministra de Defensa, a la empresa Instalaza en Zaragoza, a las embajadas de Estados Unidos y Ucrania y a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). En la basura de Pompeyo se encontraron los materiales que presuntamente utilizó para para elaborar los sobres explosivos: fundamentalmente tornillería y fósforos de cerillas. Fiscalía pide para él 22 años de cárcel por un delito de terrorismo y otro de fabricación, tenencia, colocación y empleo de aparatos explosivos. También se reclama una indemnización de 1.500 euros al trabajador de la embajada de Ucrania que resultó herido al manejar una de las cartas.

Fue en los Centro de Tratamiento Automatizado donde se localizaron tres paquetes recepcionados sin matasellos, a partir de estas pesquisas se llegó al detenido. Descubrieron que por el grosor de los paquetes estos no podían pasar por la maquinaria que los matasella, por lo que pasaban a ser matasalledos a mano por una funcionaria que pasa un rodillo y de cada 20 o 30 paquetes solo se matasellan dos o tres. En ese momento la investigación se centró en localizar desde qué buzones se habían enviado y se concluyó que habían salido de la ciudad de Burgos, dos en un mismo camión y el tercero en otro, por lo que se entrevistaron con los camioneros.

El conductor del camión que llevaba la carta explosiva dirigida a Sánchez se mostró convencido de que ese paquete venía de la central de Burgos y tras revisar las cámaras se identificó al sospechoso. Los agentes comenzaron a revisar la basura que tiraba y desde un primer momento encontraron tornillería cortada de forma muy parecida "a lo que habíamos visto", aseguró un agente. Una vez cotejado el ADN se procedió a la detención y, ante el temor de que pudiera llevar un artefacto encima, valoraron pedir ayuda a los GEO hasta que pensaron que sería suficiente hacerle "una pequeña llave" para reducirle, ha explicado el policía.

Sin embargo en el momento del arresto lo que se encontraron fue a un sospechoso "muy tranquilo" que les aseguró que se habían equivocado de objetivo porque él era un aficionado a la marquetería y el bricolaje. El juicio continúa este martes con la declaración de personal de seguridad de Presidencia del Gobierno, de la Embajada de Ucrania, de Instalaza, de la Base de Torrejón, del Ministerio de Defensa y de Correos, y una vez que comparezcan llegaría el turno del acusado.

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