Las mascarillas son tan habituales en nuestro día a día que, para muchos, han pasado a ser un complemento más. Es muy frecuente encontrar por la calle personas luciendo mascarillas estampadas, de distintos colores y, cada vez más, transparentes.
Distintos famosos e 'influencers' han sido pioneros en aparecer públicamente con estos cobertores faciales que permiten descubrir ese lado de la cara que llevamos ocultando desde que la palabra coronavirus empezó a formar parte de nuestras vidas.
La advertencia del Consejo General de Enfermería
Sin embargo, los profesionales sanitarios advierten: una gran mayoría de estos modelos de mascarillas ni protegen ni filtran contra el coronavirus. “Muchas de estas mascarillas no están certificadas ni homologadas en España y no se recomienda su uso. Más que por motivos estéticos las mascarillas transparentes surgen por una necesidad de aquellas personas que lo necesitan para mostrar su expresividad y poder leer los labios”, introduce Guadalupe Fontán, enfermera del Consejo General de Enfermería (CGE).
¿Cómo saber si la mascarilla transparente protege?
Para saber si la mascarilla es adecuada para combatir el coronavirus, lo primero que debemos tener en cuenta es si cubre nariz, boca y mentón. Además, también es importante fijarse en la homologación. En este punto hay que tener cuidado, ya que tiene que estar homologada específicamente como protector frente al COVID-19.
"En España se hizo una normativa únicamente para las higiénicas reutilizables de tela, por lo que los modelos fabricados con policarbonato o PVC no pueden certificarse. Hay algunas que tienen una certificación europea, esa certificación las acredita como Equipo de Protección Individual (EPI) pero no como un protector respiratorio", puntualiza Fontán. En muchos casos, la función de estos originales complementos es similar al de una pantalla protectora: no filtran y tampoco impiden la propagación de los aerosoles por los que se disemina el SARS CoV-2 por el aire porque no se ajustan a la cara.
Reclaman su homologación
La polémica no se restringe a una cuestión estética. Hay muchos colectivos que reclaman su homologación para derrumbar la barrera comunicativa que presenta el hecho de no poder ver la boca de la persona con la que estás hablando. Para estos casos ya se ha certificado un modelo de tela transparente que cumple con todos los estándares de transpirabilidad y filtración exigidos para proteger y protegernos frente al coronavirus. "Recientemente hay algunas empresas a nivel nacional que sí que han hecho unas mascarillas casi transparentes que permiten la expresividad facial y sí cumplirían toda la normativa en cuanto a filtración, respirabilidad y ajuste facial", concreta Guadalupe Fontán.
En conclusión, lo más importante es tener en cuenta que el producto que estamos adquiriendo no es un complemento de moda y que no sirve únicamente para evitar multas. No debemos olvidar el fin que hace que su uso sea obligatorio: protegernos y proteger a los demás de infectarse de la COVID-19.